¿Adiós definitivo al centavo estadounidense? EE.UU. redefine su política monetaria
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció que dejará de acuñar el centavo estadounidense, en una medida que busca modernizar el sistema monetario del país. Aunque no desaparecerá de inmediato, su producción cesará progresivamente después de más de 230 años de historia.
La decisión fue comunicada el pasado jueves 22 de mayo y ha generado un amplio debate entre comercios, consumidores y expertos en política económica. Según las autoridades, hay actualmente más de 114.000 millones de centavos en circulación, pero su uso real ha disminuido de forma significativa en los últimos años.
¿Qué pasará con los centavos en circulación?
El Tesoro afirmó que las monedas de un centavo seguirán siendo aceptadas como medio de pago, aunque su presencia se irá reduciendo con el tiempo. La medida no implica el retiro obligatorio de los centavos existentes, pero sí evitará que se introduzcan nuevas unidades al sistema bancario.
La Asociación Nacional de Tiendas de Conveniencia, en voz de su portavoz Jeff Lenard, señaló que el impacto será mínimo. “En Canadá, tras suspender la fabricación del centavo en 2012, no hubo alteraciones en las transacciones”, indicó Lenard. Afirmó también que los comercios seguirán operando con normalidad durante un tiempo, ya que la mayoría de estas monedas se encuentran almacenadas en hogares o tarros de monedas sin uso.
El redondeo como nueva práctica comercial
En ausencia de nuevos centavos, muchos minoristas en Estados Unidos comenzarán a redondear los montos en efectivo al múltiplo de cinco más cercano. Esta decisión quedará en manos de cada negocio y no será impuesta por el Gobierno, lo que abre la puerta a múltiples modelos de adopción.
Las compras electrónicas no se verán afectadas por esta transformación. Los pagos con tarjeta, transferencias bancarias y plataformas digitales seguirán manteniendo la precisión monetaria al centavo, permitiendo a los consumidores pagar valores exactos sin ajustes.
Una medida con antecedentes internacionales
El fin del centavo estadounidense no es una idea nueva. Países como Canadá, Australia y Nueva Zelanda ya eliminaron sus monedas de menor denominación con resultados positivos. En esos países, el sistema de redondeo fue adoptado de manera gradual y sin afectar la dinámica comercial.
Según analistas, el costo de producción de cada centavo supera su valor real, lo que representa una pérdida económica anual para el Gobierno federal. Esto, sumado al auge de los medios de pago digitales, ha incentivado esta decisión histórica.
¿Una transición definitiva o reversible?
Expertos en política monetaria aseguran que, si bien la eliminación de la acuñación del centavo no implica su desaparición inmediata, la transición marca el inicio de una etapa de declive para esta moneda icónica. A largo plazo, su uso podría quedar reservado para coleccionistas o transacciones puntuales.
El lema que persiste entre comerciantes y consumidores es claro: “Nunca pierdas un cliente por un centavo”. Y aunque el centavo estadounidense seguirá en los bolsillos de millones, su relevancia está destinada a disminuir en una economía cada vez más digital.
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