Lo más sorprendente del caso que conmocionó el estado Trujillo fue el propósito: comercializarían los ojos de la víctima por 100 dólares
Un tribunal venezolano condenó a 20 años de prisión a dos jóvenes, el estudiante de medicina José Gregorio Hernández Vargas (19) y su amigo Kleiver Omar Linares Rondón (21), por el asesinato de Dubraska Rivas (31), a la que le sacaron los ojos en el estado Trujillo, informó este lunes el Ministerio Público (MP).
Los sentenciados admitieron su responsabilidad en el femicidio, ocurrido el pasado 22 de mayo en el río Motatán, ubicado en la parroquia Juan Ignacio Montilla, municipio Valera.
Ese día ambos agresores acudieron a referido río con la víctima y “le causaron la muerte con un arma blanca”, reseña una nota de prensa del MP.
Al día siguiente del hecho, funcionarios de los bomberos de la entidad notificaron al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) sobre el hallazgo de un cuerpo de una mujer sin los ojos en las adyacencias del río.
Tras las investigaciones de rigor, el cuerpo policial detuvo a los jóvenes, que fueron posteriormente acusados en el juicio por los delitos de “femicidio agravado en grado de coautoría”.
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Comercializarían los ojos
En su momento, contó el director del Cicpc: “La víctima habría recibido una invitación por parte de su amigo José Gregorio Hernández Vargas para ir al referido río, aceptando esta la invitación y durante el recorrido, pasaron por la vivienda de Kleiver Omar Linares Rondón, para irse los tres”.
Cuenta que una vez en el lugar se “inició una discusión” donde los sujetos se abalanzaron sobre ella, agrediéndola con un arma blanca y finalmente le sacaron los ojos, para luego arrojar el arma al río y huir del sitio con los órganos.
“Al ahondar en las pesquisas, se pudo conocer que José Gregorio, valiéndose de sus conocimientos en medicina, realizó un corte de los globos oculares, a fin de comercializarlos por 100 dólares, por cuanto planificaba irse del país y requería el dinero (…) Para evitar ser descubiertos, regresaron a la vivienda de la occisa, haciendo entrega de sus pertenencias, informándole a los familiares, que desconocían el paradero de Rivas”, dijo.
