Ahora es científico: Trump vincula uso del paracetamol con el autismo
Expertos consideran las declaraciones del presidente "peligrosas" y plagadas de "información falsa"
El presidente estadounidense Donald Trump desaconsejó el lunes a las mujeres embarazadas tomar paracetamol, al que vinculó con un alto riesgo de autismo en los niños, pese a las dudas de los científicos, antes de desacreditar también a las vacunas.
"No lo tomen" y "no se lo den a su bebé", declaró el republicano durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca dedicada al autismo, uno de los temas que más le preocupan.
"Según un rumor —y no sé si es cierto— no tienen paracetamol en Cuba porque no pueden permitírselo. Pues bien, casi no tienen autismo", afirmó el presidente.
Trump dijo que ante la posible relación del paracetamol con el autismo, una condición del neurodesarrollo que afecta a las capacidades de comunicación y de relación del ser humano, más valía "evitar en la medida de lo posible" tomar ese medicamento.
De venta libre en Estados Unidos bajo el nombre de Tylenol, el paracetamol o acetaminofén se recomienda a las embarazadas para aliviar el dolor o la fiebre. Otros medicamentos, como la aspirina o el ibuprofeno, están contraindicados, especialmente al final del embarazo.
Arthur Caplan, director de la división de ética médica de la Universidad de Nueva York, consideró las declaraciones del presidente "peligrosas" y plagadas de "información falsa".
"Me preocupa que las embarazadas se sientan culpables por tomar Tylenol. Sentirán que le fallaron a sus bebés al intentar bajar la fiebre. Eso no es justo, y nadie debería sentirse así", declaró Caplan a la AFP.
Lea también: ALGORITMO de recomendaciones de TIKTOK en EE. UU. estará a cargo del gigante ORACLE (+Detalles)
- Necesidad de estudios -
Si bien algunos estudios han apuntado a un posible vínculo entre el consumo de paracetamol durante el embarazo y los trastornos del neurodesarrollo de los niños, otros han descartado cualquier causalidad.
La acusación se deriva de un "análisis deficiente" de trabajos publicados previamente, declaró a la AFP David Mandell, profesor de psiquiatría de la Universidad de Pensilvania.
Uno de los obstáculos a los que se enfrentan los investigadores es la dificultad de distinguir los efectos del fármaco de las razones para tomarlo, explicó este especialista en autismo.
"Sabemos que la fiebre (...) puede aumentar el riesgo de retrasos y trastornos del desarrollo neurológico", señaló. "Por lo tanto, hay que ser muy cauteloso al intentar determinar cuál de estos dos factores es responsable del aumento del riesgo de autismo".
Este trastorno, complejo y de amplio espectro, se ha estudiado durante décadas, pero la administración Trump prometió a principios de este año revelar las causas de lo que denomina una "epidemia de autismo" en tiempo récord.
Si bien los casos de autismo han aumentado en las últimas décadas en Estados Unidos, muchos científicos rechazan la existencia de una epidemia, y destacan por el contrario las mejoras en el diagnóstico.
Y en cuanto a sus orígenes, los científicos han demostrado que la genética juega un papel importante. También se han señalado ciertos factores ambientales, como la neuroinflamación o el uso de ciertos medicamentos como el antiepiléptico Depakine durante el embarazo.
- Vacunas y hepatitis B -
El lunes el presidente Trump abordó el tema extensamente, pidió cambios en el calendario de vacunación infantil y aseguró que las personas que no se vacunaban ni tomaban medicación no tenían autismo.
"Estamos analizando detenidamente el tema de las vacunas", añadió su secretario de Salud, Robert Kennedy Jr., y dijo que en el pasado se había suprimido "activamente" la investigación sobre el tema.
Kennedy Jr., quien ha promovido esta teoría infundada desde hace décadas, ha llevado a cabo una profunda revisión de la política de vacunación estadounidense desde que asumió el cargo y ha nombrado a un investigador convencido de ese vínculo, aunque desacreditado por muchos de sus pares, para dirigir las pesquisas sobre el autismo.
Este mismo lunes, el Departamento de Salud de Estados Unidos dio luz verde al uso de la leucovorina para tratar determinados aspectos del autismo, como el retraso lingüístico.
El ácido fólico se da en algunos países a las mujeres embarazadas de forma habitual para el desarrollo saludable de los bebés.
Aunque prometedora según los resultados iniciales, esta vía requiere más investigación y podría "generar falsas esperanzas cuando no hay una respuesta sencilla", respondieron decenas de científicos estadounidenses especializados en autismo en una carta conjunta el lunes.
Trump aseguró también que no es necesario vacunar a los recién nacidos contra la hepatitis B, una enfermedad incurable y altamente contagiosa.
"La hepatitis B se transmite por vía sexual. No hay ninguna razón para vacunar contra la hepatitis B a un bebé que acaba de nacer. Yo diría que se debería esperar hasta que el bebé tenga 12 años", afirmó.
Sin embargo, la hepatitis B puede ser transmitida de la madre al hijo durante el embarazo o el parto.
Con información de AFP
Para comentar, debes estar registradoPor favor, inicia sesión