Conocida y aparentemente confirmada la muerte de El Koki , tal como lo revelan algunos rasgos, tatuajes, cicatrices y la decadactilar presentada junto con las fotografías, sería ingenuo pensar que está resuelto el problema que representan las bandas delictivas en Caracas, Aragua, Guárico, Carabobo y Lara, entre otras regiones.
Durante las últimas 96 horas todo ha girado en torno a El Koki y el operativo del grupo BAE, durante el cual cayó abatido. Han pasado a segundo plano el propio Conejo, su cadena de mando y otros ” connotados ” delincuentes que siguen vivos y operativos para salir al ruedo en cualquier momento.
También El Vampi, El Galvis y El Wileisy han perdido protagonismo en los últimos días.
La tarea de enfrentar a estos “líderes” no es fácil y constituye un gran reto para el Gobierno Nacional y sus cuerpos policiales. Si hablamos de Las Tejerías, allí está presente la necesidad de combatir la red de narcotráfico extendida a otros estados vecinos.
De igual manera, combatir las extorsiones multimillonarias de las cuales han sido víctimas decenas de empresarios y comerciantes de Aragua, Guárico y Carabobo.
Otro reto inmenso lo representa el número de hombres que integran estas bandas, las cuales han operado en una vasta zona mucho más amplia y favorable para el combate y para resguardarse.
No sólo los funcionarios quienes participaron en el Operativo Guaicaipuro 2, sino los funcionarios regionales que les ha tocado protagonizar enfrentamientos armados, dan fe que se trata de organizaciones integradas por más de 200 hombres.
Queda la pregunta anclada en la ciudadanía: ¿Dónde está el resto de los líderes de esas bandas? ¿Emigraron El Galvis, El Vampi y otros líderes desde la Cota 905 hacia los Valles de Aragua? ¿Hay la disposición real del Gobierno Nacional de seguir combatiendo con contundencia a estas mafias hamponiles? ¿Ya El Koki era una pieza descartable, inútil a la que había que apartar por razones concretas que muchos desconocen?
Por momentos, resulta lógico pensar que el gobierno ha perdido el control de estos grupos y se les fue de las manos el plan aquel elaborado y puesto en marcha en el 2017 con la tristemente recordadas “Zonas de Paz”, con las cuales sólo se pretendía tener grupo de combate contra cualquier manifestación o alteración que se presentará.
La más importante pregunta es ¿Qué va a pasar en la era post Koki y qué respuesta pudieran estar preparando las organizaciones criminales de Aragua?
Al momento de escribir esta columna, el cadáver de El Koki no había sido retirado de la Morgue de Bello Monte ni algún familiar se había presentado a reconocerlo, seguramente, por miedo.
Recordamos que muchos familiares y otras personas vinculadas con Carlos Luis Revette, permanecen detenido y la ubicación de otros familiares en la parte más alta de la Cota 905, estará casi imposible.
El reto está allí presente y el Gobierno Nacional está obligado a garantizar la seguridad que los ciudadanos necesitan y merecen.