La presencia de funcionarios del CICPC y de la PNB en los últimos días en diferentes sectores del estado Aragua, en la búsqueda de la supuesta osamenta de Carlos Lanz, decreta, automáticamente, que alguien mintió en relación con lo que ha sido uno de los casos más impresionantes de los últimos tiempos.
Esta afirmación tiene mucha fuerza porque, en su última rueda de prensa, Tarek William Saab, aseguró que el cadáver del izquierdista, desaparecido y asesinado, había sido desmembrado y sus restos lanzados como alimento a un grupo de cerdos en la finca La Fortaleza, ubicada en Cojedes y propiedad de la esposa de la víctima.
La movilización policial es cierta, aunque muy discreta. Pero ella decreta una contradicción tremenda, porque es la Fiscalía la que conduce el proceso penal en Venezuela y de ella depende cualquier actuación que se pueda ordenar a los cuerpos policiales. Y es impensable que la decisión de salir a buscar la osamenta con perros entrenados, haya sido tomada unilateralmente por la policía.
Esto se traduce en una lógica conclusión: O mintió el Fiscal General o mintió uno de los detenidos, Glenn Castellanos, considerado también delator de por lo menos diez personas que pudieran haber actuado en coordinación para desaparecer y acabar con la vida de Carlos Lanz. Pudiéramos estar, también, en presencia de una declaración obligada y coordinada por parte del detenido para lograr beneficio procesal, práctica que ha sido y es muy común en cualquier país del mundo.
Hecho macabro
De acuerdo con lo dicho por el Fiscal Tarek William, estaríamos en presencia de uno de los casos más impresionantes de los últimos tiempos, por la legalidad, por lo dantesco, por la furia, por la participación coordinada de más de diez personas y por la presunta autoría intelectual de la esposa del político asesinado.
Lo demás, solo queda para el recuento. Se ha dicho que la muerte de Carlos Lanz quedó decretada cuando hubo la certeza de que él estaba dispuesto a denunciar y poner al descubierto una serie de delitos y actos de corrupción propiciados y amparados por su esposa, como consecuencia del cargo público que ocupaba en el estado Aragua. Esto es, precisamente, lo que pudo generar el proceso coordinado de una docena de personas, el cual concluyó con la muerte de Lanz.
Este caso, a tenor de lo señalado por el Fiscal, se sumaría a otros ocurridos en el país, en los cuales el autor intelectual ha sido la esposa de la futura víctima, considerando personajes, época y procedimiento criminal previo a la consumación del objetivo final: el asesinato.
Un aspecto que no fue señalado por el Fiscal Tarek William, pero que debe estar presente en el resultado de la investigación, y sería la increíble excepción de la regla, es si la esposa estuvo presente al momento cuando secuestraron o cuando asesinaron a Carlos Lanz. Porque, desde el famoso caso de la Viuda Negra, también ocurrido en Aragua, quien resultó ser la autora intelectual en el asesinato de su esposo, un técnico de reparación de aviones F-16, han ocurrido decenas de viricidios, pero en los cuales nunca está presente físicamente la esposa, como autora intelectual, a la hora de liquidar a su víctima.
Este caso pareciera no estar cerrado, no solo porque pudieran lograrse otras detenciones en los próximos días, sino por otras implicaciones, mentiras, verdades a media o declaraciones inducidas de los detenidos………..y habrá que estar muy atentos al resultado de la búsqueda de la osamenta en Aragua por parte de la policía, porque de otra manera, no habrá la posibilidad de demostrar cuántas cosas ciertas o falsas se dijeron en esas últimas declaraciones del Fiscal General.