El ataque a un comando policial en el sector Las Quintas, parte alta de la Cota 905, parece ser un signo indubitable de reorganización de las bandas delictivas en esta tristemente célebre barriada caraqueña.
Hasta ahora, los investigadores no han podido determinar fehacientemente si se trata de nuevos grupos hamponiles, o si es un resurgimiento y reagrupamiento de los integrantes de bandas que allí han actuado en los últimos años.
A la muerte del Koki le siguió un silencio sospechoso y complaciente, como si se tratara del único delincuente a quien había que neutralizar. Si bien está súper confirmada su muerte, nadie sabe el paradero de otros líderes sanguinarios que le acompañaban, antes de emigrar al estado Aragua.
En relación con los últimos sucesos, la versión más comentada es que se trata de un grupo de jóvenes de corta edad de la parroquia Santa Rosalía, unidos con otro grupo que se está levantando en La Cota y desde ya, cuentan con armas largas y explosivos.
El ataque ocurrió en momentos cuando se producía el cambio de guardia. Desde allí la operatividad de los cuerpos policiales se ha intensificado las 24 horas y también las labores que mantienen a los efectivos policiales peinando tanto las zonas altas como los sectores bajos de la Cita.
Los jefes policiales mantienen hermetismo a la hora de referirse a líderes como El Vampi y El Galvis, quienes desaparecieron misteriosamente y no se descarta que pudieran estar detrás de estas incursiones, utilizando sangre joven de muchachos recién incorporados.
El viernes en la noche se activaron las alarmas con un claro reto para los cuerpos policiales y para el propio Gobierno Nacional. De lo que ocurra en las Próximas semanas dependerá la tranquilidad o no de las decenas de miles de habitantes de La Cita 905; y sus alrededores. Todo, siempre acompañado de las constantes quejas de muchos ciudadanos por presuntos maltratos, vejámenes y actividades irregulares cometidas, según ellos, por algunos funcionarios policiales…….