Alemania llama al diálogo y a llegar a una solución diplomática entre Venezuela y EE. UU.
El Gobierno alemán cree que es indispensable el respeto al derecho internacional
La cautela es la doctrina que está rigiendo a la Unión Europea y también a Alemania en lo que se refiere a la tensión que existe en el mar Caribe, con la presencia de numerosos buques, portaviones y aviones estadounidenses que amenazan a Venezuela.
De todos los países que son parte de Europa, Francia y España han manifestado su rechazo al accionar de la administración Trump frente a supuestas narcolanchas. Mientras que Reino Unido habría dejado de compartir información de inteligencia sobre esa región con Estados Unidos, por temor a verse involucrados en una situación reñida con la ley internacional. El resto de países del viejo continente han medido muy bien sus palabras.
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Diálogo, ante todo
En el caso de Alemania, la postura es de llamar al diálogo, bajar la tensión y llegar a una solución diplomática. Así lo ha manifestado en las últimas semanas el portavoz del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores, Josef Hinterseher, quien ha señalado que "el Gobierno Federal carece de información propia para poder evaluar la actuación (de Estados Unidos).
En principio, en esta situación se aplica, por supuesto, el marco del derecho internacional. Corresponde a Estados Unidos explicar cómo se interpreta este marco jurídico y cuál es la base de su actuación".
Hinterseher ha insistido, respecto a los ataques a lanchas vinculadas con el narcotráfico en aguas internacionales, que "el derecho internacional constituye el marco, y cualquier acción debe realizarse dentro del marco del derecho internacional. Las partes implicadas son las que deben demostrar si es así y de qué manera. Al mismo tiempo, desde nuestro punto de vista, lo importante es que estas cuestiones se resuelvan en el diálogo entre Venezuela y Estados Unidos".
Derecho internacional en duda
Las razones esgrimidas por la administración Trump para defender el actuar estadounidense frente a Venezuela despiertan mucha incertidumbre no solo en la región. Ver cómo se vulneran reglas pactadas a nivel internacional genera dudas sobre la real relevancia de estas normas que hasta hace un tiempo no se cuestionaban.
Florian Huber, encargado de la oficina para México y el Caribe de la fundación Heinrich Böll, ligada al partido Los Verdes, dice a DW que "las acciones de EE.UU. contribuyen al aumento de desconfianza en los países afectados por el narcotráfico y los cárteles de la droga, en particular México y Colombia. Declarar a los cárteles de droga como grupos terroristas extranjeros, para justificar los ataques a estos bajo el concepto de un conflicto armado no internacional, pone en duda principios fundamentales como la soberanía nacional e integridad territorial".
Y agrega: "también se borran las líneas entre la lucha antinarcóticos, la lucha contra el terrorismo internacional, el uso de la fuerza en contextos de conflicto armado y la intervención para un cambio de régimen. En general, se erosionan los principios de apoyo mutuo y la cooperación internacional en la lucha contra el narcotráfico transnacional".
Una incertidumbre más
Para las fundaciones alemanas en la región latinoamericana, la tensión entre Estados Unidos y Venezuela encierra una crisis diplomática que añade una cuota de incertidumbre, pero en la práctica, el quehacer y el desarrollo de proyectos sigue estando ligado a la fragilidad institucional de Venezuela, más que a la posibilidad de un conflicto bélico.
Kristin Wesemann, directora de la oficina en Colombia de la fundación Konrad Adenauer (KAS), relacionada con el partido Unión Cristiano Demócrata (CDU), explica a DW que "para nosotros, desde la KAS Colombia, más que la coyuntura diaria entre Washington y Caracas, está en el centro la crisis estructural de Venezuela. Sin instituciones democráticamente legitimadas, cualquier forma de cooperación internacional se vuelve extremadamente difícil".
Wesemann detalla, además, que "la región sufre sobre todo por la falta de previsibilidad en Venezuela. Sin instituciones democráticas que funcionen, es muy difícil coordinar asuntos de seguridad, migración y economía. De hecho, nuestra mesa de expertos en Santa Marta (en la cumbre CELAC-UE) mostró un diagnóstico claro: se necesitan socios democráticos y con capacidad de actuación en el marco del Estado de derecho", algo que su organización echa de menos en Venezuela.
Con información de DW

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