Si no la gana la empata, dice un refrán popular, en referencia a aquellos que hacen lo que sea para tener la razón.
Esta frase podría aplicarse a la especie de “estrategia” que estaría usando el gobierno de Nicolás Maduro, de cara a las elecciones presidenciales del 28 de julio, para confundir y desalentar a los electores, además de dividir a la oposición.
No en vano, según analistas consultados por nuestro compañero Johan Álvarez, se puede ver como la “ingeniería electoral” que se aplica en este momento va hacia esa dirección, con el cambio de nombre de varios centros electorales, la creación de más de 1.800 de estos recintos, e incluso, con haber impedido que la gran mayoría de venezolanos en el exterior pueda votar.
De paso, estos nuevos centros de votación tienen una sola mesa, estrategia que en otras ocasiones le ha funcionado al oficialismo, puesto que son ubicados en zonas alejadas y fácilmente se prestan para alterar resultados, entre otras irregularidades.
¿La razón? El aumento de la intención de voto a favor de la candidatura de la Plataforma Unitaria.
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