El responsable del femicidio de una anciana es un joven de 21 años. Efectivos del Eje contra Homicidios del Cicpc Vargas continúan las averiguaciones
Apuñalada y amordazada asesinaron a la anciana, Isidra Antonia Quevedo, de 77 años. El responsable del femicidio: un joven de 21 años.
El hecho ocurrió el pasado 22 de febrero dentro de su casa en el callejón Los Macanas, en la Soublette, parroquia Catia la Mar, en Vargas.
Así lo determinaron las investigaciones que lleva a cabo el Eje contra Homicidios del Cicpc La Guaira, quienes lograron detenerlo.
La detención se logró pocos días después del atroz asesinato cerca de la redoma de la Soublette.
El homicida responde al nombre de Jor Catamo, quien fue presentado ante el Tribunal Cuarto de Control del Circuito Judicial Penal de La Guaira.
En la audiencia de presentación se le dictó privativa de libertad y le imputó el delito de homicidio calificado.
Tal como lo informó inicialmente Impacto Venezuela, el móvil del hecho fue el robo. Asimismo, no se descarta la participación de otros cómplices.
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Quevedo, conocida cariñosamente como “Aurora”, sería la primera mujer asesinada en Vargas en lo que va de año.
Y pese a que el móvil es el robo, su caso califica como un femicidio considerando su vulnerabilidad ante el asesino, que se aprovechó de su condición de adulta mayor.
Así está establecido en el artículo 57 de la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, en el que se considera odio o desprecio a la condición de mujer cuando “el autor se haya aprovechado de las condiciones de riesgo o vulnerabilidad física o psicológica en que se encontraba la mujer”.
El joven llegó a la casa con una mujer
Los vecinos contaron que los homicidas llegaron a la vivienda el pasado 20 de febrero con la intención de alquilar una de las habitaciones.
Incluso la tarde del lunes 22, cuando ocurrió el macabro asesinato, un sobrino de la víctima llegó a la casa de Aurora para llevarle una bombona de gas y comida.
Para su sorpresa, cuando llamó a su tía se asomó por la puerta un hombre quien dijo que Quevedo había salido y lo había dejado bajo llave en la vivienda.
Sin sospecharlo, la familia fue recibida por el asesino.
El cuerpo de esta mujer, que criaba al menos cinco gatos y daba de comer a perros de la zona, la localizó en la cocina su sobrino acompañado de un lugareño.
