En la cumbre presidencial que se lleva a cabo en Perú, Biden también advirtió de la “peligrosa y desestabilizadora cooperación” de Corea del Norte con Rusia
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, advirtió este viernes sobre una nueva era de cambio político, al celebrar su última reunión con aliados clave en una cumbre Asia-Pacífico marcada por el regreso de Donald Trump al poder.
“Ahora hemos llegado a un momento de cambio político significativo”, dijo Biden al encontrarse con los líderes de Japón y Corea del Sur en Lima, en el marco de la APEC.
Biden señaló que probablemente sería su última reunión con este grupo, que ha promovido durante el último año como contrapeso frente a Corea del Norte.
El mandatario añadió que la alianza trilateral “está hecha para durar”. “Esa es mi esperanza y mi expectativa”, dijo.
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Biden también advirtió de la “peligrosa y desestabilizadora cooperación” de Corea del Norte con Rusia, en medio de la creciente preocupación por el envío de tropas por parte de Pyongyang, que cuenta con armas nucleares, para luchar contra Ucrania.
La Casa Blanca dijo que los tres líderes anunciarían la creación de una secretaría para formalizar la alianza lanzada el año pasado en una cumbre en Camp David.
“Nos centraremos en asegurarnos de que hemos institucionalizado la trilateral para que sea una característica duradera de la política estadounidense”, afirmó el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, a los periodistas que viajaban con Biden el jueves.
Sullivan dijo que él también espera que el grupo sobreviva al segundo mandato de Trump.
“Esperamos plenamente que continúe bajo la próxima administración, aunque, por supuesto, ellos tomarán sus propias decisiones”, dijo.
El viaje de Biden a la cumbre de la APEC en Perú y a la cumbre del G20 en Brasil la próxima semana se ha visto eclipsado por la victoria del magnate republicano el pasado 5 de noviembre. La agenda de Trump de “Estados Unidos primero” amenaza con romper las alianzas de ese país, como ya ocurrió en su primer mandato. Pero el nombramiento en su gabinete de funcionarios que están a favor de una política exterior dura hacia China significaría que todavía puede querer contar con Seúl y Tokio.