Biden reiteró que cree en la necesidad de alcanzar un acuerdo y que sea pronto
El presidente Joe Biden presionó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para que alcance “pronto” un alto el fuego en Gaza, después de un apretón de manos en la Casa Blanca que enmascaró una relación complicada.
Ambos dirigentes se mostraron sonrientes ante las cámaras al reunirse en el Despacho Oval, cuatro días después de que Biden, de 81 años, anunciara que renunciaba a la carrera por su reelección.
“De un orgulloso judío sionista a un orgulloso sionista irlandés estadounidense, quiero agradecerle los 50 años de servicio público y los 50 años de apoyo al Estado de Israel”, dijo Netanyahu en homenaje a Biden al inicio de la reunión.
Por su parte, el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca John Kirby dijo que “Creemos que (…) podemos llegar a un acuerdo, pero va a requerir, como siempre, cierto liderazgo, cierto compromiso y un esfuerzo para conseguirlo”.
Biden reiteró que “cree que tenemos que alcanzar un acuerdo, y tenemos que alcanzarlo pronto”, declaró a la prensa.
Netanyahu afirmó que trabajará con Biden durante el tiempo que le queda la presidencia de Estados Unidos, después de que renunciará a su candidatura a la reelección.
“Quiero agradecerle los 50 años de servicio público y los 50 años de apoyo al Estado de Israel”, dijo Netanyahu después de un apretón de manos en el histórico Despacho Oval, poco antes de que comenzara la reunión entre los gobernantes.
Posteriormente ambos se reunirán con las familias de los rehenes estadounidenses retenidos en Gaza.
La vicepresidenta Kamala Harris, que será ahora la candidata del Partido Demócrata a las elecciones de noviembre, también se reunirá con Netanyahu por separado en la Casa Blanca.
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“Brechas finales”
El miércoles Netanyahu prometió una “victoria total” contra el grupo islamista palestino Hamás en Gaza, en un encendido discurso ante el Congreso de Estados Unidos.
La relación entre Biden y Netanyahu es tensa debido a la forma en la que Israel libra la guerra desatada por los ataques de Hamás del 7 de octubre.
Pero esto no ha impedido un apoyo militar constante.
En un discurso el miércoles para explicar por qué se retiró de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Biden dejó claro que el conflicto israelo-palestino sigue siendo de máxima prioridad.
“Voy a seguir trabajando para poner fin a la guerra en Gaza, traer a casa a todos los rehenes para traer paz y seguridad a Oriente Medio y poner fin a esta guerra”, dijo el presidente estadounidense.
Un funcionario de la administración estadounidense afirmó el miércoles que las negociaciones para un acuerdo sobre Gaza se encuentran en las “etapas finales” y que Biden intentaría cerrar algunas “brechas finales” con Netanyahu.
Una posible tregua depende de varios flecos sueltos, por ejemplo de cómo entraría en vigor, ahora que Hamás ya no exige que Israel se retire completamente de la Franja de Gaza, explicó el funcionario.
“No espero que la reunión (con Netanyahu) sea un sí o un no, es una especie de ‘¿cómo cerramos estas brechas finales?’ Y hay algunas cosas que necesitamos del lado israelí, sin duda”, añadió.
“Pero también hay algunas cosas clave que sólo están en manos de Hamás porque los rehenes están en manos de Hamás”, sostuvo.
El alto cargo restó importancia al discurso de Netanyahu ante el Congreso, que provocó protestas en el exterior, donde los manifestantes quemaron una bandera estadounidense.
En un comunicado, Kamala Harris condenó y tachó de “despreciable” y “antipatriótico” el acto de quemar la bandera.
“Es demasiado”
El viernes Netanyahu mantendrá un encuentro con el candidato republicano Donald Trump en su residencia de Mar-a-Lago en Florida.
El expresidente instó el jueves por la mañana a Israel a “terminar” rápidamente la guerra en Gaza.
“Hay que terminar con esto rápido. No puede continuar así. Es demasiado largo. Es demasiado”, dijo Trump a Fox News.
Biden ha ofrecido a Israel un firme apoyo desde el 7 de octubre, incluso abrazó a Netanyahu en el aeropuerto de Tel Aviv pocos días después de los ataques.
Pero se ha vuelto cada vez más crítico con Israel por el número de muertos palestinos en su ofensiva en Gaza, y las restricciones a la cantidad de ayuda humanitaria que llega al devastado territorio.
El ataque de Hamás del 7 de octubre provocó la muerte de 1.197 personas en Israel, la mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en cifras oficiales israelíes.
De las 251 personas secuestradas ese día, 111 siguen retenidas en la Franja de Gaza, incluidas 39 que, según el ejército, están muertas.
La fulminante ofensiva militar de Israel contra Gaza ha matado a más de 39.000 palestinos, también en su mayoría civiles, según datos del ministerio de Salud del territorio dirigido por Hamás.