Una de las primeras decisiones de Lula da Silva apenas llegue al poder en el país amazónico será restablecer las relaciones con Venezuela
Brasil restablecerá relaciones con Venezuela a partir del 1 de enero de 2023, afirmó este miércoles el futuro canciller del país amazónico, Mauro Vieira.
El próximo ministro de Relaciones Exteriores dijo que el presidente electo, Luiz Inácio Lula da Silva, lo instruyó a restablecer las relaciones con la administración de Nicolás Maduro.
“Lo haremos el día 1 (de enero) enviando un encargado de negocios para reabrir la embajada y posteriormente nombrar un embajador”, dijo Vieira en una breve rueda de prensa.
Vieira recalcó que restablecerá las relaciones “con el Gobierno que está elegido allá, el de Nicolás Maduro”.
Las relaciones con el país vecino están rotas desde 2019, cuando el gobierno encabezado por el presidente Jair Bolsonaro reconoció como homólogo de Venezuela al opositor Juan Guaidó, lo que lo llevó a suspender la diplomacia con el chavismo.
Debido a esta prohibición, Maduro todavía no ha sido invitado por los canales diplomáticos a la toma de investidura de Lula da Silva, prevista para el primero de enero. No obstante, no descarta que pueda hacerse.
El presidente electo de Brasil, Lula da Silva, obtuvo esta semana la certificación de la justicia que le acredita como vencedor de las pasadas elecciones. Se trata de un requisito protocolario para que pueda tomar posesión el próximo 1 de enero.
Lea también: ¡SE PRENDIÓ! Perú declara estado de emergencia nacional y propone elecciones para 2023
Bolsonaro chilló, pero…
El actual mandatario brasilero desde un primer momento se mostró reacio a reconocer su derrota electoral ante Lula da Silva. No lo felicitó ni reconoció abiertamente su derrota en las urnas.
«Hoy estamos viviendo un momento crucial, una encrucijada. Quien decide mi futuro son ustedes, quien decide para dónde van las Fuerzas Armadas son ustedes, quien decide para dónde van la Cámara y el Senado son ustedes», dijo Bolsonaro hace apenas unos días ante cientos de sus seguidores en su residencia oficial en Brasilia.
Una señal de mal perdedor. El capitán retirado del Ejército también aprovechó para exaltar el papel de las Fuerzas Armadas, «el último obstáculo para el socialismo» y las «grandes responsables por la libertad», dijo.
Asimismo, lamentó que «Brasil estaba listo para dar un salto», pero que «nadie esperaba» la victoria de Lula «en condiciones normales» y celebró que miles de sus seguidores salieran a las calles los días siguientes a las elecciones para reclamar su permanencia.
