La Comisión recuerda a los gobiernos de estas naciones el tratamiento que se le debe dar a los desplazados, término que encaja en la situación en que se encuentran los migrantes
La situación humanitaria de los migrantes de varias nacionalidades, pero mayoritariamente venezolanos, varados en la frontera entre Perú y Chile, está cobrado cada vez más relevancia internacional, por el riesgo que corren estas personas.
Un ejemplo de ello es el pronunciamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que manifestó preocupación por lo que se se vive en la frontera entre esas naciones.
«La CIDH expresa preocupación por la situación en la frontera entre Arica (Chile) y Tacna (Perú), donde se observan personas migrantes con riesgos de protección y conflictos con autoridades policiales», señaló la comisión en su cuenta de Twitter.
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Además, recuerda la comisión que los estados deben garantizar los derechos de los desplazados, como parte de los convenios internacionales que firma cada nación al respecto.
“Los Estados deben fortalecer la cooperación en migración internacional, especialmente ante las emergencias humanitarias, las medidas de seguridad y de orden deben tener en cuenta los derechos humanos como la vida e integridad de las personas y familias en movilidad humana”, señala la CIDH.
El llamado de la comisión se produce justo cuando el Gobierno de Chile anunció la activación de un corredor humanitario para el paso de los migrantes, además conversaciones con los gobiernos implicados en esta crisis.
Re-migración
Por otra parte, Nancy Arellano, presidenta de Veneactiva, una ONG dedicada a brindar asistencia a la población de migrantes y refugiados en Perú, expone que las medidas restrictivas impuestas por el gobierno chileno han generado un proceso de “re inmigración” que, asegura, se “complica” cuando los países de origen “fallan” en dar documentación vigente a sus nacionales, casos puntuales los de Haití y Venezuela.
“Las barreras son de documentación, justamente porque estas personas no pueden tramitar ante las autoridades correspondientes los permisos para poder movilizarse y por supuesto las medidas que se han ido alzando entre los países de solicitud de visados, complejizan un proceso de migración seguro, ordenado y regular en la región”, dijo, en entrevista con la Voz de América.
Arellano considera que han fallado plataformas de coordinación, como el Proceso de Quito que surgió para que las cancillerías pudieran coordinar y organizar los procesos de movilidad humana ante la “crisis migratoria” venezolana, pero “continúan tomándose decisiones unilaterales”.