Te quiero compartir una técnica que me ha resultado infalible cada vez que mi hijo no quiere hacer algo. El otro día íbamos a ver una película en familia por Netflix y le dio por armar una pataleta porque esa no era la película que él quería ver. Entonces amenazó con irse a su cuarto a ver otra cosa por la computadora. ¡Le dijimos que no! Que debía quedarse a verla. Entonces dijo que se quedaba con nosotros si veía algo en mi celular con los audífonos puestos.
Aunque me provocó darle una nalgada, más bien le dije: “¿Con que no quieres ver la película?… Ok… no la vamos a ver, pero entonces apaguemos las luces porque vamos a contar cuentos de terror”. Ahí sí abrió los ojos, emocionado, y comencé mi narración:
- – Esta es la historia de una persona que estaba aburrida en su casa porque no podía ver películas. Entonces fue a prender la televisión para ver una, pero se dio cuenta de que no había control remoto y se tuvo que levantar para prenderla con la mano.
- – ¡Qué horrible!
- – Y cuando comenzó a pasar los canales con el botón que estaba pegado a la televisión, se dio cuenta de que no podía escoger ninguna película.
- – ¿En serio?
- – ¡Tenía que esperar todo el día a que al canal de televisión le diera la gana de pasar la película!… ¡Y si era martes!… ¡Debía esperar hasta el domingo!
- – ¡Noooooo!
- – ¡Y no la podía pausar para verla otro día en el punto en donde la había dejado!
- – ¿Quééééééééé?
- – Aunque bueno, no todo era tan malo. Si quería ver una película cuando él quisiera, tenía que salir de la casa y caminar o manejar como quince minutos hasta una tienda donde alquilaran películas.
- – Ah, ¿y entonces ya la podía ver?
- – ¡No!… ¡Porque primero debía afiliarse a la tienda!
- – ¿Cómo así?
- – Le pedían una foto carné. Entonces tenía que salir de la tienda de alquilar películas para ir a la tienda donde sacaban fotos.
- – Y listo, ¿no?
- – Noooooo… ahora debía esperar una hora a que las fotos estuvieran reveladas y entonces ahí sí. Ya podía ir a la tienda de alquilar películas.
- – Aaaahh…
- – Pero no todo terminaba ahí, porque cuando iba a buscar la que quería ver, ¡no estaba porque alguien se la había llevado primero!
- – ¡Nooooooooo!
- – ¡Entonces debía anotarse en una lista de espera!
- – ¡No sigas, no sigas, ya me está dando demasiado miedo!
- – Y le tocaba llevarse otra película que no le gustara tanto.
- – ¡No lo puedo creer!
- – Claro, pero primero debía leer la sinopsis que aparecía en la caja para no botar la plata.
- – ¿Leer para ver una película? ¿Qué es eso?
- – Entonces finalmente escogía una y cuando llegaba a la casa a ponerla… ¡la película estaba en el final porque no estaba rebobinada!
- – ¿¿¿Rebobi qué??? ¡¡¡¡Aaaaahhhhh!!!!
- – Y si la rebobinabas en un aparato llamado VHS… ¡después se veía mal!
- – ¡Dios, no, no puede ser! ¿Hasta cuándo?
- – Entonces, si no podía ver la película que había alquilado… ¡debía esperar hasta el domingo a que pasaran películas en la televisión!…
- – ¡Ay no, papá! ¡No puede ser! ¡Esto es terrorífico!
- – Y cuando llegaba el domingo, se encontraba con esto: ¡iban a pasar Alien, el octavo pasajero por sexta vez en el año!
- – ¡Noooooooooooo!
- – Entonces no les quedaba sino verla y cuando venía una parte muy buena de la película, ¡pum!… ¡Se iban a comerciales!
- – ¿Comerciales?
- – Sí, son como los anuncios que coloca YouTube al principio de los videos, pero en vez de durar 5 segundos, podían durar hasta 60 segundos.
- – ¡Ya, papá! ¡Te pasaste!
- – Y cuando regresaban de comerciales, la película no retomaba donde había quedado porqueee… ¡Le habían cortado como 5 minutos para que toda la programación del canal no se rodara!
- – ¡Papá, ya! ¿Cómo se termina esta historia? ¿Qué le pasó a la persona?
- – Esa persona creció y ahora está aquí, ¡porque esa persona era yo!
- – ¿Quééééééé? ¡Qué horrible! Bueno, papá, pero me imagino que tu mamá te hacía cotufas para ver las películas.
- – No, las veíamos comiendo galletas de soda con mantequilla y una taza de avena.
- – ¡Noooooooooo!
Y así fue como desde ese día, mi hijo ve con nosotros cualquier cosa. Incluso hasta cadenas de Nicolás Maduro.