¿Cómo se aplica y en qué condiciones? Lo que debes saber de la nueva restricción migratoria impuesta por Joe Biden
La nueva orden ejecutiva entró en vigencia este 5 de junio y se aplica cuando el número de peticiones de entrada por la frontera llegue a 2.500 diarias
La nueva orden ejecutiva que busca limitar la cantidad de personas que pueden solicitar asilo en la frontera entre Estados Unidos y México, emitida por el gobierno de Joe Biden, entró en vigencia este miércoles.
Hay que aclarar que no es la primera vez que este gobierno impone restricciones para disuadir la migración, no obstante, esta orden se diferencia de las anteriores, por ser más drástica y, a pesar de que Biden lo niega, emula las medidas que, en su momento, fueron usadas por el expresidente republicano Donald Trump.
Lo que implica la nueva medida
Para hacer el análisis, en primer lugar hay que destacar que la medida supone una ruptura con un protocolo que tiene décadas de vigencia.
De entrada, la misma prohíbe a los inmigrantes que cruzan la frontera ilegalmente solicitar asilo una vez alcanzado un umbral diario.
En segundo lugar, y como una consecuencia del primer punto, la medida puede activarse y desactivarse y se levantaría cuando hubiera una media diaria de menos de 2.500 encuentros o migrantes en las estaciones de entrada a EE. UU.
La tercera consideración que se debe hacer es que se trata de un intento de Biden de abordar uno de los problemas políticos más urgentes del presidente en su carrera hacia la reelección.
Por algo, este anuncio se produce pocas semanas antes del primer debate entre el presidente y su oponente, Donald Trump.
Lea también: ¡SE ACABÓ LO QUE SE DABA! Biden cerrará frontera con México a solicitantes de asilo (+Detalles)
¿Cómo se aplica?
Una vez hechas estas consideraciones, pasamos a ver cómo se aplicará orden ejecutiva desde este 5 de junio.
La medida permite que las autoridades deporten a los países de origen o expulsen a México a las personas que crucen de manera irregular, a menos que prueben bajo unos estándares más estrictos, que pueden ser perseguidas o torturadas si son expulsadas.
Las restricciones se activarán cuando se supere un promedio de 2.500 cruces irregulares diarios en la frontera por un periodo de siete días, destaca la agencia Efe.
La única manera de que se levanten las restricciones es que el número de detenciones baje a un promedio de 1.500 diarios durante 14 días.
Esta reducción es complicada de alcanzar, ya que una cifra tan baja de detenciones no se ha reportado desde julio de 2020, en plena pandemia.
«Una vez entre en vigor, esta prohibición podría mantenerse por un largo periodo de tiempo, teniendo en cuenta el alto número de personas que llegan a la frontera sur», señaló Kennji Kizuka, experto en temas de asilo de la organización International Rescue Committee.
Para poder solicitar asilo en EE. UU. cuando la restricción esté en pie, una persona tiene que probar que existe una «probabilidad razonable» de que será perseguida o torturada si es enviada de vuelta su país de origen.
Según expertos legales consultados por EFE, este estándar es mucho más elevado que el actual y requiere que las personas presenten más pruebas ante las autoridades migratorias en la frontera, que son filtro inicial para iniciar un caso de asilo en EE. UU.
¿Cuál es la base legal?
La orden se basa en la sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1965, que otorga al presidente la autoridad de prohibir la entrada a ciertos migrantes mediante decreto si se considera que su ingreso sería «perjudicial» para el interés nacional.
Trump invocó este artículo en varias ocasiones durante su mandato, incluyendo para prohibir la entrada de personas de países de mayoría musulmana. El Gobierno republicano fue sujeto de múltiples demandas por parte de organizaciones por el uso de este artículo.
Funcionarios de la Casa Blanca indicaron que están ya «preparados» para cualquier disputa legal y la organización en defensa de los derechos humanos ACLU anunció, ya que impugnará la orden en los tribunales.
¿Qué efecto real tendrá en la frontera?
Desde que en mayo de 2023 se levantó Título 42, una restricción que entró en vigor en la pandemia y permitía las expulsiones en caliente de migrantes a México, el Gobierno de Biden ha puesto en pie varias medidas para limitar quién puede pedir asilo en EE. UU. y deportar a un mayor número de personas.
Sin embargo, el efecto real que estas han tenido se ve limitado porque EE. UU. no tiene la capacidad para revisar rápidamente las solicitudes ni para deportar o detener a todas las personas que llegan a la frontera.
EE. UU. tiene actualmente un acuerdo con México para devolver a unos 30.000 migrantes al mes, pero solo los provenientes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela.
«Simplemente, no hay tantos aviones» para llevar a cabo deportaciones, señaló Adam Isaacson, experto de la organización Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
Lo que ha estado pasando hasta ahora es que las autoridades de EE. UU. permiten a esas personas entrar en el país mientras se procesa su solicitud de asilo en una corte.
¿Quiénes están exentos?
Quedan exentos los niños no acompañados, las víctimas de una forma grave de trata de personas, quienes presenten una urgencia médica aguda o una amenaza inminente y extrema para la vida y la seguridad, entre otros.
Los migrantes también pueden solicitar una cita a través de la aplicación móvil de Aduanas y Protección de Fronteras de EE. UU., conocida como CBP One, para presentar su solicitud de asilo en un puerto de entrada, recuerda a su vez la cadena CNN.
Cooperación de México
La medida también depende en buena parte de la cooperación de México, que ya había acordado aceptar hasta 30.000 inmigrantes al mes procedentes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela como parte de un esfuerzo para reducir la migración ilegal en el hemisferio.
El objetivo es solo electoral
Según un editorial del Diario de las Américas, el propósito de esta medida «es solo electoral y bajo la presión del presidente republicano de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, quien llegó a un acuerdo con la Casa Blanca para aprobar el paquete de más de 60.000 millones de dólares a Ucrania».
Dice el escrito que «una de las peticiones de Johnson fue frenar el caos en la frontera».
Destaca que «ni a Biden ni a los demócratas les había interesado antes el desastre de seguridad nacional en la frontera sur, por el contrario. Frente a las peticiones de representantes y senadores conservadores indignados, las dos respuestas siempre fueron la indiferencia o la ratificación de que la Casa Blanca mantendría su política de «Puertas Abiertas».
Según ellos, no «había ninguna razón para cambiar esa estrategia» y todos los intentos de los republicanos por revertirla terminaron en la frustración, hasta ahora, que deciden amortiguar el nefasto impacto en la población estadounidense revelado en todas las encuestas.
En estos momentos, Trump lleva una ventaja de hasta 12 puntos por encima de Biden en intención de voto, incluso en estados clave para las presidenciales de noviembre. Y esa es la razón fundamental del cambio.
Durante tres años, Biden ha hecho caso omiso a las presiones republicanas, incluso frente a un eventual cierre del gobierno federal respecto al techo de la deuda y la congelación del envío de ayuda a Ucrania, una estrategia utilizada por los conservadores que tampoco funcionó hasta última hora.
El cambio formó parte del acuerdo con Johnson y un grupo de legisladores republicanos para dar luz verde a los fondos para Volodímir Zelenski.
La nueva política representa una pequeña curita de interés electoral al caos creado por el gobierno de Joe Biden en la frontera sur de EE. UU., muy parecida a otra propuesta anterior bloqueada por los republicanos en la Cámara Baja con el apoyo de demócratas moderados.
No obstante, ahora Biden camina sobre una cuerda floja tras la orden, un cambio específico en los derechos de asilo, que según los funcionarios de la Casa Blanca no es comparable a las medidas que implementó la administración Trump durante su mandato.
Para comentar, debes estar registradoPor favor, inicia sesión