¿CRECIMIENTO DE LA ECONOMÍA en el 2024? Los bolsillos de los venezolanos dicen lo contrario
Los organismos internacionales, incluso los gremios empresariales e industriales, aseguran que Venezuela cierra este 2024 con un crecimiento de entre 6 y 8%, pero la capacidad adquisitiva del salario mínimo oficial es de 0,5% del costo total del costo de la canasta alimentaria. Aunque hay bonos que solo llegan a una parte de la población, la economía del venezolano común es de supervivencia
A María Rosa (nombre ficticio), hace tiempo que no le alcanza la remesa que mensualmente le manda su hijo mayor desde Perú, país a donde el joven emigró hace cinco años y del que no piensa volver, por el momento, aunque hace algunos meses se planteó esa posibilidad, pero, la situación de Venezuela le hizo reconsiderar esa decisión y posponerla, hasta nuevo aviso.
Y es que esta maestra jubilada no entiende cómo en las noticias, en redes sociales, los empresarios y el Gobierno, aseguran que “Venezuela cierra este 2024 con un crecimiento económico”.
“Yo lo que sé es que mi bolsillo no crece. Lo que gano con mi pensión como jubilada más mi bono de la Plataforma Patria no me alcanza para nada. Hasta finales del año pasado lo que me mandaba mi hijo desde Perú me rendía, pero ahora ya no”, afirma.
Lo que le pasa a María les ocurre a millones de venezolanos, la gran mayoría que no gana en dólares o recibe remesas, pero también a aquel ciudadano de clase media baja que trabaja en el sector privado, gana en dólares al cambio, pero, igual, no le alcanza.
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Lo que dice el FMI, la CEPAL y el Gobierno
Hace solamente unos días, la Comisión Económica para las Américas (CEPAL), informó que, para este año, Venezuela cierra con un crecimiento de 6,8%, mientras que el gobierno del presidente Nicolás Maduro asevera que este cierre será de 8%.
Lo que cabe preguntarse es ¿Qué ha pasado en Venezuela, desde el punto de vista económico, para que todos los grandes voceros aseguren que, en efecto, hay un crecimiento, peor los bolsillos de los venezolanos no lo sienten?
Incluso, según cálculos del Fondo Monetario Internacional, el Producto Interno Bruto venezolano aumentó cerca de 3 %, rozando los 106.000 millones de dólares, un nivel que no había alcanzado en 9 años. Otros analistas consideran que esa alza anual será de entre 4 % y 5 %.
Se trata del tercer año de cierre económico en positivo luego de un largo período de contracción que expertos independientes estiman sobre los 80 puntos porcentuales.
El problema de las divisas
Desde julio de este año, pero, principalmente desde septiembre y octubre, el tipo de cambio se disparó, dejando una brecha cada vez más grande entre el dólar oficial del BCV y el dólar paralelo.
Esto ha traído como consecuencia la disparidad de precios. Por un lado, la Canasta Alimentaria sigue aumentando, en bolívares, pero baja en dólares.
Y, al final, el venezolano que menos tienen es el que no puede con ese costo y el que gana algo más, tampoco le alcanza.
Circulación de dólares
La firma Ecoanalítica trata de explicar el fenómeno. “En noviembre, la circulación de divisas en efectivo en Venezuela alcanzó los $ 7.821 millones, superando 2,1 veces el stock disponible en bolívares y representando un aumento del 62,1% respecto a mayo del año anterior”, señala la empresa.
Explica que “este incremento se atribuye principalmente a las intervenciones cambiarias del BCV y las sanciones estadounidenses que han limitado la salida de capitales. Aunque esta liquidez ha ayudado a contener presiones cambiarias e inflacionarias, el sistema bancario no ha absorbido completamente este flujo de efectivo, manteniéndose las captaciones en divisas por debajo de $ 2.100 millones en los últimos nueve meses, lo que limita el alcance de la dolarización en la economía venezolana”.
¿Qué pasa con esto? Pues que, al haber menos dólares, hay más presión para comprarlos y, por ende, aumenta el precio de la divisa.
Estabilidad esfumada
La firma destaca que “en el primer semestre de 2024 se observó una relativa estabilidad en los precios, esto creó un entorno económico que, a pesar de ser frágil, parecía ofrecer una indicación de normalidad. Durante este período, tanto los índices cambiarios como los precios de los productos experimentaron ligeras variaciones, lo que permitió al Banco Central de Venezuela (BCV) informar una inflación acumulada de solo 8,9% al cierre de junio”.
Sostiene que “esta cifra es significativa, ya que es la primera vez desde 2012 que la inflación acumulada —para el primer semestre— se mantiene por debajo de dos dígitos. Sin embargo, esa tendencia favorable se vio interrumpida en los meses posteriores. A partir de julio, se registró un aumento notable en las tasas de variación de precios, y los índices cambiarios comenzaron a mostrar alta volatilidad, revelando una importante discrepancia entre el valor del bolívar en el mercado paralelo y el oficial”.
Ecoanalítica alerta que “la creciente incertidumbre en esos meses, junto con el actual ecosistema bimonetario, —donde las fluctuaciones cambiarias impactan directamente en los precios nominales de bienes y servicios— dio como resultado una considerable variación en estos precios”.
Agrega que “entre julio y octubre, tales circunstancias llevaron a un incremento del 7,1% en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), elevando la inflación acumulada a un preocupante 16,6%. El mencionado incremento no solo reduce la capacidad de compra de los ciudadanos, sino que también representa serios retos para las empresas que se esfuerzan por sobrevivir en un entorno cuya dinámica es difícil de anticipar”.
La brecha
Para Ronald Balza, economista y decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCAB, advirtió el país tuvo un menor crecimiento que el año anterior y que la estabilidad cambiaria comenzó a interrumpirse con una brecha cambiaria cada vez mayor.
«Los empleados son los que sufren las mayores consecuencias de la brecha cambiaria porque siguen obteniendo sus ingresos con la tasa oficial y vienen las amenazas de un control de cambio que pueda penar la tasa paralela y aunque no se ha dicho de modo explícito, existe el temor de que pueda pasar» añadió.
El economista destacó que “no es lo mismo el control de cambio durante el boom petrolero, al control de cambio cuando los ingresos petroleros merman por razones como las sanciones”.
OVF: hay crecimiento… pero
Entre tanto, el Observatorio Venezolano de Finanzas, en su Encuesta de Expectativas Económicas de diciembre 2024, proyecta un crecimiento económico de 4% para el cierre del año.
Mientras que las expectativas inflacionarias aumentaron, al pasar de 60% a 68% para fin de año, mientras que y el tipo de cambio cerraría en 58 Bs/$.
Lo que viene para el 2025
Gustavo Valecillos es presidente de Consecomercio, dice que se prepara para el 2025, “con incertidumbre, pero también con expectativas positivas”.
“En 2025 van a seguir creciendo farmacias, alimentos y tecnología”, proyectó.
Según los datos de Consecomercio, este año reportaron crecimientos importantes sectores como: autopartes, alimentos, farmacias (uno de los sectores con mejor desempeño), y la venta de automóviles nuevos, impulsado por la gran cantidad de marcas nuevas.
En 2025, el gremio comercial espera alcanzar un crecimiento de 8%, “como mejor pronóstico”.
Y sobre el cierre de este año, sostuvo que el sector “cerrará con una expansión de alrededor de 3% este año”.
“Para nosotros es muy importante el turismo, porque incentiva el consumo; otro sector que se está dinamizando», advierte el dirigente.
Fedecámaras y el papel del sector privado
Para el presidente de Fedecámaras, Adán Celis, el empresariado está jugando “un papel fundamental hoy en día, sobre todo en este tiempo de cambios, a raíz de que el país está dejando de ser rentista”.
“En el aporte al PIB del país, el sector privado está jugando un rol más cercano al 50% lo cual hace una transformación del país. Cuando hablo del sector privado no me refiero solo a los grandes industriales, o grandes empresas, sino que ahí también están involucrados los emprendedores”, dijo.
Con Celis coincide el analista político, Tomás Socías López, quien sostiene que “ese crecimiento es positivo, obviamente, pero no permea a todos los venezolanos, principalmente por la caída del poder adquisitivo”.
A su juicio, lo que “falta es cumplir con las medidas que hace unas semanas anunció la vicepresidenta Delcy Rodríguez, para estimular el crédito bancario”.
Además, dice que “sin bajar el encaje legal, ese crédito que tanta falta le hace al sector privado para recuperarse, las medidas que se puedan tomar no van a resultar muy efectivas en el tiempo”.
Mencionó que la “competencia desleal también es otro problema, así como los impuestos excesivos. Solo hay que mencionar el impuesto establecido, hace poco, por la nueva Ley de Pensiones. Aunque ese impuesto ha significado una pequeña mejora en el ingreso de algunos pensionados, no todos, igual significa un enorme gasto para los sectores”, dijo.
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