Muchas damas han utilizado el empoderamiento como una especie de herramienta, para imponer sus necesidades y requerimiento, mal poniendo la esencia de dicha característica
En los últimos días se ha apreciado en redes sociales, como algunas mujeres han actuado de forma violenta contra otras damas y hombres, pero sobre todo, contra funcionarios encargados de la seguridad, luciendo todo un “empoderamiento femenino”.
Esta carga agresiva de algunas damas, está acompañada de una serie de símbolos y formas de actuar, que pueden convertirse en una especie de lugar común, donde la mujer que ataca se hace ver como la víctima, y posiblemente, hasta se aprovecha de la situación, para anteponer su necesidad, valiéndose de su condición de mujer.
Pero ante esta situación, hay también una realidad latente que no se puede obviar. En nuestras leyes, pareciera que la mujer está más protegida que el sexo opuesto. Por ende, existe una especie de minusvalía jurídica del hombre, que crece aún más, cuando se es un funcionario policial o un efectivo militar.
¡DESVÍAN EL EMPODERAMIENTO FEMENINO! Detienen a otras 2 mujeres por agredir a un GNB en Amazonas (+VIDEO) https://t.co/lyaZzNDvcx
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En Venezuela, ante la Constitución de la República y demás leyes supeditadas a la Carta Magna, todos sus ciudadanos iguales.
Atendiendo un clamor mundial y siguiendo una serie de acciones para tratar de equiparar una realidad internacional, en Latinoamérica, sobre todo en Venezuela, se han implementado leyes, códigos y estatutos dirigidos especialmente a la mujer.
Es bueno acotar que parte de estas acciones legales, obedecen a la necesidad de darle cabida a la mujer en las tomas de decisiones, en salir de la condición de ser el sexo oprimido por los estados patriarcales y darle igualdad al que una vez fue mal llamado el “sexo débil”.
Es entonces cuando se comienza a escuchar términos como el “empoderamiento femenino”, la igualdad de género y la necesidad de una sociedad más justa y de pares iguales.
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Pero, pareciera, que algunas damas no interpretan del todo lo antes escrito y se aprovechan de esto, para hacer valer sus necesidades, o simplemente, lo utilizan como herramienta para lograr sus objetivos, sin entender que hay premisas ciudadanas que están por encima de todo.
Cuando la mujer desvirtúa el empoderamiento femenino
La psicóloga social, Isabel Azuaje, explica que realmente hay casos donde las mujeres suelen tergiversar el concepto de empoderamiento femenino y darle un mal uso.
“Están perdiendo la esencia, están perdiendo la razón. Están perdiendo lo que han defendido muchas mujeres durante todos estos siglos… no puede ser que dañen a otro o denigren de una tercera persona. La mujer debe defender sus ideales, debe defender la razón, la justicia ante todo”, dice Azuaje.
La psicóloga advierte que una dama no puede aprovecharse del empoderamiento femenino para salir airosa de una situación, donde como ciudadana ha actuado de forma errónea.
“Cuando hablamos de empoderamiento, nos referimos a una mayor autonomía para las mujeres, a su reconocimiento y a la visibilidad de sus aportes”.
“Hay muchas incongruencias en el momento de ponerlo en práctica (el empoderamiento), no es tan solo el hecho de defender tus derechos, sino hasta qué punto o límite puedo llegar yo y no ofender e irrespetar a los demás. Todos somos iguales. Hay que entender que tenemos que tener humildad e igualdad hacia todos”.
“Hay muchas mujeres que se valen de esto (del empoderamiento)”, dice Azuaje, quien agrega además que hay damas que utilizan el plus que de manera casi que inmediata les han otorgado las leyes específicas, para entonces cargar contra alguien o simplemente hacer valer sus puntos de vista, por encima incluso de la razón.
¿Qué es empoderamiento femenino?
Durante la IV Conferencia Mundial Sobre la Mujer, en China en 1995, se acuñó el término, cuando en ponencias magistrales se explicó que la mujer debía tener un aumento en la participación de las tomas de decisiones y acceso al poder.
Dichas acciones conducirían de manera inmediata a una equidad entre los géneros.
El empoderamiento femenino no es más que el proceso en que una dama fortalece sus capacidades, visión, protagonismo y confianza ante un grupo social, para promover cambios y reformas ante situaciones que pueden estar viviendo.
¿Qué pasa con las agresiones a policías y militares?
En gran parte de los casos donde las damas, quienes dicen ser el “sexo débil”, agreden a funcionarios policiales o militares hombres, se puede notar una fuerte presencia de ese ápice de empoderamiento y condición, donde la agresora es una mujer fuerte y con un objetivo.
Para Luis Godoy, es exdirector policial, comisario retirado del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), criminalista y experto en seguridad, esta forma de actuar de las mujeres que delinquen agrediendo a funcionarios, no es nueva.
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Explica el jefe policial que desde hace mucho tiempo y casi que a diario, se suscitan situaciones en donde las mujeres proceden a agredir a los agentes de seguridad, pero esto buscando un fin.
Las mujeres que agreden, mayormente saben que el funcionario policial o el efectivo militar, están casi que desguarnecidos jurídicamente, si se enfrentan a una mujer.
Y ellas saben que los hombres llevan las de perder, por el simple hecho de que ellas “son mujeres” y las leyes las amparan. Por supuesto, hasta cierto punto.
A esto hay que sumarle, que siempre un funcionario policial debe actuar atado lo más estrictamente posible a la ley. Suele a veces convertirse esto en una piedra de tranca.
Sin embargo, indica Godoy que un funcionario o militar puede salir bien parado si le toca afrontar una situación como esta, siempre y cuando se mantenga apegado a la ley y conozca el debido procedimiento.
“El infractor siempre busca aprovecharse de la minusvalía del funcionario, para tomarla como una herramienta y hacerse ver como una víctima. Es así como en una simple detención un delincuente puede alegar brutalidad policiaca, abuso de poder y cualquier otro alegato, que si el policía o militar no se ha blindado al respecto, puede fácilmente el infractor servirse de ello”.
“Muchas mujeres han aprovechado su condición de género y han acusado a funcionarios policiales hombres, para desviar en un principio las infracciones cometidas por ellas. Por eso pasan de ser infractoras a víctimas”.
Es aquí donde los policías deben jugársela y sustentar muy bien sus actuaciones. Ser minuciosos y sobre todo, tratar de no agredir a la persona infractora.
“El policía debe siempre resguardarse el mismo. Por eso, es recomendable que también grabe la situación en la cual está involucrado, tenga testigos y preferiblemente no este solo”.
“En Estados Unidos y otros países del mundo el funcionario policial tiene una cámara adherida a su chaleco antibalas para protegerse, porque ya por estar uniformado está en minusvalía”.
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Pero, más allá de hacerse ver como víctima, parte de estos casos podrían relacionarse, con esa falsa visión que muchas mujeres pueden tener de lo que es el empoderamiento femenino.
“Muchas de las mujeres que comenten estos tipos de actos, utilizan esa herramienta que las empodera (la minusvalía del funcionario) precisamente porque tienen una distorsión en su conducta, un poco hacia lo delincuencial, para protegerse en los hechos que están cometiendo“.
“Mayormente, las damas que incurren en estas acciones, pueden estar relacionadas al hampa, pueden tener problemas psicológicos, problemas sociales, problemas de ira. Lo que hacen es que a la hora de una infracción de tránsito, a la hora de ser detenidas por un delito, para buscar una forma de quedar exentas de la responsabilidad civil o penal que en un principio tienen, se van a la agresión física y luego fingen ser víctimas”.