Díaz-Canel insiste en que la crisis obedece a la dificultad para comprar el combustible que necesita el sistema eléctrico, debido al embargo que Washington aplica contra la isla desde 1962
Tras pasar una segunda noche de apagón casi total, Cuba se prepara este domingo en una carrera contrarreloj para el inminente impacto del huracán Oscar en el este de la isla.
Oscar se mueve por el Caribe en dirección oeste-suroeste y se desplaza a unos 19 km/h, con vientos de hasta 130 km/h. A las 12H00 GMT se ubicaba a unos 185 km de Guantánamo, según el último reporte del estadounidense Centro Nacional de Huracanes (NHC).
El alerta de huracanes sigue vigente para el sureste de las Bahamas y la costa norte de las provincias cubanas de Holguín y Guantánamo, en el este.
Oscar llega a una Cuba en plena crisis energética, y que pasó su segunda noche sin luz debido a una avería el viernes en la principal central termoeléctrica que provocó la caída de la red.
El presidente Miguel Díaz-Canel dijo el sábado por la noche en la red X que “ya se trabaja arduamente para la protección del pueblo y los recursos económicos, ante la inminencia del huracán Oscar”.
“Igualmente, se atiende la situación energética” de la isla, añadió.
La presidencia de Cuba dijo el sábado en X que se avanzaba en la recuperación del servicio eléctrico y que el “16% de los consumidores” contaban con energía eléctrica, aunque cerca de medianoche el Ministerio de Energía y Minas señaló otra “desconexión”, en este caso de un “subsistema de occidente”.
El país se quedó sin luz a partir de la 11H00 locales (15H00 GMT) del viernes, tras la salida imprevista de operaciones de la central termoeléctrica Antonio Guiteras, la principal de la isla y ubicada en Matanzas (occidente).
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Dificultad tras dificultad
“Este apagón les complica muchísimo la vida a los cubanos. La situación es bien difícil, pero yo intento mantener la calma, porque ya es demasiado estrés en este país”, declaró a la AFP Yaima Valladares, una bailarina de 28 años.
El ama de casa Isabel Rodríguez, de 72, se queja de no poder dormir. “Cómo no se nos va a enredar la vida, si no tenemos nada, ni los motores del agua pueden ponerse”, dijo.
Solo hoteles, hospitales y algunas casas particulares que cuentan con pequeñas plantas propias de generación tenían electricidad.
“La gente está un poco alterada por tanto tiempo sin corriente y sabrá Dios cuándo la irán a poner”, señaló Rafael Carrillo, un mecánico de 41 años, que dijo que llevaba caminando casi cinco kilómetros por falta de transporte.
“Te pasas cuatro o cinco horas esperando la guagua (autobús) y cuando pasa, pasa repleta y no para”, dice con cansancio ante la casi nula circulación de transporte público.
El jueves, Díaz-Canel dijo que la crisis obedece a la dificultad para comprar el combustible que necesita el sistema eléctrico, debido al embargo que Washington aplica contra la isla desde 1962.
Ese mismo día, el gobierno anunció la paralización de labores estatales para enfrentar la crisis que en las últimas semanas ha dejado a la población de varias provincias hasta 20 horas sin luz en un día.
Los cubanos sufren desde hace tres meses prolongados apagones, con un déficit de hasta el 30% en la cobertura nacional. El jueves, un día antes del apagón total, llegó al 50%.
- Sistema precario –
En la isla, la electricidad se genera a través de ocho desgastadas termoeléctricas dependientes de carburante, que en algunos casos presentan averías o se encuentran en mantenimiento, así como de varias plantas flotantes -que el gobierno renta a empresas turcas- y grupos electrógenos.
En su mayoría, esta infraestructura requiere de combustible para funcionar.
Con escasez de alimentos, medicinas, una inflación disparada y apagones crónicos que limitan el desarrollo de las actividades productivas, Cuba enfrenta su peor crisis económica en tres décadas.
Los apagones fueron uno de los detonantes de las históricas manifestaciones del 11 de julio de 2021.