Aunque en Venezuela , por su condición de país líder en el mundo en criminalidad, han ocurrido crímenes atroces que han conmovido la tranquilidad de la ciudadanía por la condición de las víctimas y de los agresores, podríamos atrevernos a hablar de tres que han sido los más sentidos, propagados por los medios y rechazados de manera categórica por la sociedad venezolana.
En cada uno de esos episodios de violencia, las víctimas han sido múltiples. Curiosamente, han ocurrido entre los meses de enero y febrero.
Todavía se recuerdan las protestas cargadas de rabia, frustración y deseos de venganza de los habitantes de Mamera en la parroquia Antímano de Caracas, en rechazo al triple homicidio perpetrado por el distinguido Argenis Rafael Ledezma quien ahorcó y quemó a tres menores de edad en circunstancias que algunos juristas calificaron de un “acto cometido por intenso dolor” .
En otras palabras, los celos llevaron al distinguido a acabar con la vida de Efraín Irausquin de 16 años, Douglas Nieves de 17 y Martin Mijares de 15. Este horrendo episodio ocurrió durante el mes de enero de 1980.
También los últimos días del mes de febrero, pero del año 2006, exactamente el 23, la comunidad se impactó con la desaparición de tres niños y el chofer de la familia Fadoul, después de haber sido detenidos por falsos policías en una falsa alcabala, ubicada en la urbanización Vista Alegre, también en Caracas.
Ese día, los funcionarios, en forma alevosa y arbitraria, se llevaron a Kevin Fadoul de 14 años, Jason Fadoull de 12, a Brian Fadoul de 17 y al chófer y hombre de confianza de la familia, Miguel Rivas de 30 años.
La tensión y la rabia explotaron desde el 4 de abril de ese mismo año cuando los tres menorcitos y el chofer fueron localizados muertos a balazos y con signos evidentes de ajusticiamiento. Todos con tiros en la cabeza y en la nuca.
El hallazgo macabro ocurrió el 4 de abril en una zona boscosa de Los Valles del Tuy, en el estado Miranda. Las protestas de la gente indignada se extendieron a muchas ciudades del país y hasta creó preocupación en el alto gobierno, conducido en ese momento por el presidente Hugo Chávez.
Podríamos decir, respetando la reacción de los familiares de las víctimas, que en ambos casos, se hizo justicia con la detención y castigo de los autores de esos crímenes, aunque eso no signifique mucho frente al dolor vitalicio y las huellas que esas muertes dejaron en cada uno esos familiares.
En relación con el primer caso, el distinguido Ledezma fue condenado a 30 años de presidio de los cuales pagó 19 en la Penitenciaria de San Juan de Los Morros en el estado Guárico. En el caso del cuádruple homicidio de los hermanos Fadoul, también fueron detenidos y condenados los responsables: Lennon Orlando Gandica de 45 años, apodado “el Gordo Lennon” y dos mujeres quienes eran sus concubinas.
El tercer caso también se refiere a homicidios múltiples. Ocurrió hace 96 horas y fue terriblemente brutal: un joven de apenas 19 años de edad, identificado como Félix Manuel Peralta, asesinó a su abuela, Fortunata Tovar de 74 años; a su abuelo , William Florencio Tovar de 60 y también le quitó la vida a su tío , Félix Peralta de 55.
Este horrendo triple homicidio tiene similitudes y diferencias con los dos anteriores. Similitudes porque en este caso también el autor actuó con premeditación y alevosía. ¿Por qué? Porque los mató de varias puñaladas mientras dormían en una humilde vivienda ubicada en el sector Las Casitas de la “famosa” parroquia La Vega.
El caso se agrava por tratarse de un familiar cercano, lo cual le permite sorprender a sus víctimas, como en efecto ocurrió. Otra similitud con los casos anteriores es que desde el mismo momento de conocerse el triple homicidio y sus agravantes, la reacción de la comunidad de la parroquia La Vega y de Caracas, también ha sido explosiva y condenatoria por el ensañamiento del homicida. No resulta nada fácil imaginar a un ser humano reaccionar de esa forma contra tres personas con quienes estaba relacionado por un vínculo de consanguinidad.
A diferencia de los dos casos anteriores, en éste aún no se ha hecho justicia y el nieto -asesino aún no ha sido detenido. Está libre a pesar de que hay varios cuerpos policiales buscándolo y a pesar de comentarios según los cuales se le ha visto públicamente en Los Valles del Tuy. De ser cierta está versión, estaríamos en presencia de un caso digno de ser analizado por psiquiatras o escuelas de psiquiatría, para explicar tal conducta.
A diferencia de los dos casos anteriores y, precisamente, por tratarse de un familiar cercano, hay miedo y pánico en el resto de la familia Peralta Tovar, porque algunos de sus integrantes, también puedan ser sorprendidos y asesinados.
Nada bueno ni promisorio le espera a Félix Manuel Peralta, quien con apenas 19 años ha sido capaz de asegurarse en forma vitalicia, el odio y desprecio no solo de su familia, sino el de los habitantes de la parroquia La Vega y de la ciudad de Caracas.
Finalmente, me atrevo a hacer una afirmación riesgosa y peligrosa , pero que obedece a informaciones recogidas en el curso de las investigaciones y, es que , podría ocurrir que al momento que UD. termine de leer esta nota, Félix Manuel Peralta ya esté preso o muerto.