Descubren los primeros insectos fósiles preservados en ámbar del Cretácico de Suramérica
Descubren insectos fósiles del Cretácico de Suramérica preservados en ámbar ecuatoriano. El hallazgo ofrece una ventana única a los ecosistemas de hace 112 millones de años.
Un grupo internacional de paleontólogos descubrió insectos fósiles del Cretácico de Suramérica preservados en ámbar ecuatoriano, un hallazgo inédito para la región. El material proviene de la Amazonía, en la provincia de Napo, y corresponde a rocas con una antigüedad aproximada de 112 millones de años.
El hallazgo fue bautizado como “Ámbar Genoveva”, en honor a la cantera donde se encontró. Se trata del primer registro de artrópodos atrapados en resina fosilizada de la Era Mesozoica en esta parte del continente, lo que representa un avance crucial en el conocimiento de la biodiversidad prehistórica.
Importancia de los insectos fósiles en ámbar
El ámbar es una resina fosilizada que durante el Cretácico se convirtió en un componente habitual de las rocas sedimentarias en el hemisferio norte. Sin embargo, en el hemisferio sur su presencia es mucho más escasa y, hasta ahora, no se habían documentado insectos fósiles del Cretácico de Suramérica atrapados en estas formaciones.
El material encontrado conserva ejemplares de distintos órdenes de insectos, lo que ofrece una ventana única a los ecosistemas húmedos que prosperaban en el margen noroccidental del supercontinente Gondwana. Además, los análisis revelan la coexistencia de estos artrópodos con bosques resiníferos y plantas en pleno proceso de diversificación.
Para estudiar los insectos fósiles del Cretácico de Suramérica, los científicos emplearon herramientas de vanguardia como el sincrotrón, un acelerador de partículas que permite reconstruir en tres dimensiones los organismos preservados en el ámbar.
Gracias a esta tecnología, fue posible observar con detalle estructuras microscópicas y características anatómicas de los insectos atrapados, lo que amplía la comprensión de su morfología y de la interacción que tenían con el entorno hace más de 100 millones de años.
Un bosque diverso en el Cretácico
Los análisis geoquímicos señalan que las resinas que dieron origen al ámbar provenían de árboles similares a las araucarias. Además, se hallaron fósiles vegetales asociados, entre ellos algunas de las primeras hojas de angiospermas registradas en el noroeste de Suramérica.
Esto confirma que los insectos fósiles del Cretácico de Suramérica se desarrollaron en un ecosistema diverso y complejo, en el que convivían plantas primitivas y nuevas especies de flora que comenzaban a expandirse por la región.
Edwin Cadena, paleontólogo y profesor del programa en Ciencias del Sistema Tierra de la Universidad del Rosario, participó en la investigación y destacó la relevancia del descubrimiento:
“Este es un hallazgo muy importante no solo para la paleontología de Ecuador, sino para toda la región norte de Suramérica. Nos ayuda a entender un componente poco conocido del tiempo de los dinosaurios: los insectos y plantas que habitaron esta región hace 112 millones de años”, dijo.
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