El supuesto plan, que los investigados denominaron “Puñal Verde y Amarillo”, se ejecutaría el 15 de diciembre de 2022
La policía brasileña detuvo este martes a cuatro altos militares, entre ellos un excolaborador del expresidente Jair Bolsonaro, por un supuesto plan para matar en 2022 al entonces mandatario electo Luiz Inácio Lula da Silva y dar un golpe de Estado.
Los sospechosos planificaron un “golpe de Estado” para impedir la asunción de Lula y previeron su “homicidio”, según un comunicado de la Policía Federal (PF). También, se detuvo a un agente de la fuerza.
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Una fuente de la institución indicó en un primer momento que los militares habían sido “detenidos en Rio de Janeiro, donde participaban en la misión de seguridad de la reunión de los líderes del G20”. Sin embargo, un comunicado del Ejército desmintió más tarde esa información.
El supuesto plan, que los investigados denominaron “Puñal Verde y Amarillo”, se ejecutaría el 15 de diciembre de 2022 y también proyectaba matar al entonces vicepresidente electo, Geraldo Alckmin, según el comunicado.
En octubre de 2022, el izquierdista Lula había ganado las elecciones al ultraderechista Bolsonaro.
La investigación determinó que el proyecto se habría discutido el 12 de noviembre en la casa del general Walter Braga Netto, exministro de Defensa y exjefe de gabinete con Bolsonaro y más tarde su candidato a vicepresidente, de acuerdo con el expediente policial al que accedió la AFP.
Del documento también surge que Mauro Cid, colaborador estrecho de Bolsonaro, estuvo “probablemente” al tanto de esa reunión.
Además, el documento con los detalles de la operación “Puñal Verde y Amarillo” se había impreso en el Palacio del Planalto, sede de la presidencia brasileña, mientras Bolsonaro se encontraba allí, según los investigadores.
Los sospechosos son el general de brigada de reserva Mário Fernandes, entonces jefe sustituto de la Secretaría General de la Presidencia con Bolsonaro, los tenientes coroneles Helio Ferreira Lima, Rodrigo Bezerra Azevedo y Rafael Martins de Oliveira y el policía federal Wladimir Matos Soares.
Los cuatro militares pertenecen a las fuerzas especiales del Ejército brasileño, los llamados “kids pretos”. Preveían usar “técnicas operacionales militares avanzadas” para el “golpe”, además de instituir un “gabinete de crisis” que ellos mismos y otros superiores integrarían.
Entre las opciones para matar a Lula, supuestamente barajaron un “envenenamiento o uso de químicos para causar un colapso orgánico”, según el proceso policial.
Los sospechosos podrían enfrentar los cargos de abolición violenta del Estado de derecho, golpe de Estado y asociación criminal.
Según la investigación, también planificaban el asesinato del juez del Supremo Tribunal Federal (STF, Corte Suprema) Alexandre de Moraes, a quien le hicieron tareas de seguimiento.
El propio Moraes, considerado por Bolsonaro como su enemigo político y a quien ha tachado de “dictador”, es el juez que dio curso a las detenciones de este martes.
Bajo la órbita de Moraes, la PF también lleva otras pesquisas sobre presuntos planes para impedir la asunción de Lula.
Una de ellas involucra directamente a Bolsonaro en una presunta trama golpista, mientras que otra indaga sobre los incidentes del 8 de enero de 2023, cuando miles de bolsonaristas asaltaron las sedes de los tres poderes públicos en la capital Brasilia y causaron graves destrozos.