Diplomáticos argentinos expulsados de Venezuela aterrizaron en Buenos Aires
Los diplomáticos, por la premura, tuvieron menos de 72 horas para retirar a niños de las escuelas, rescindir contratos de alquileres y hasta vender carros, entre otras cosas
Parte de los diplomáticos y personal de la embajada argentina en Venezuela expulsados por Nicolás Maduro aterrizaron este sábado en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, situado en Ezeiza, tras un viaje de más de un día, que incluyó escalas en Portugal y España.
La delegación llegó sobre las 03:20 de la madrugada hora local (06.20 hora GMT) en un vuelo de Aerolíneas Argentinas procedente de Madrid.
Andrés Mangiarotti, encargado de negocios de la embajada en Caracas, encabezó el grupo que llegó a Ezeiza y que fue recibido por el vicecanciller argentino, Leopoldo Sahores.
En las próximas horas se espera la llegada de un segundo grupo con el resto del personal de la embajada, que quedó bajo custodia de Brasil desde el jueves.
Los diplomáticos argentinos en Venezuela fueron expulsados esta semana junto a los de Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay por sus “injerencistas acciones y declaraciones” sobre los comicios celebrados el pasado 28 de julio, recuerda la agencia EFE.
El Ejecutivo argentino no ha reconocido el triunfo de Maduro y sí al opositor Edmundo González como “legítimo ganador y presidente electo”, según un mensaje publicado ayer por la canciller, Diana Mondino, en su cuenta de la red social X.
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“Fueron horas traumáticas”
“Había que abandonar la residencia y la embajada en 72 horas. Un equipo de cinco diplomáticos, cada uno con sus familiares, en total 14 personas. Escuelas de los chicos que había que cerrar, alquileres que había que rescindir, autos que había vender”, señaló Andrés Mangiarotti, encargado de negocios de la embajada argentina en Caracas, en diálogo con la prensa tras aterrizar este sábado en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini, en Buenos Aires.
Si bien el clima previo a la elección era “tenso”, Mangiarotti reconoció que no esperaban tener que “escapar” del país en tan poco tiempo y destacó que algunos diplomáticos debieron incluso abandonar viviendas en las que habían vivido los últimos 20 años.
“Fueron días bastante tensos para todo el equipo. Veníamos durmiendo tres horas”, describió el diplomático, que junto con el resto del personal de la embajada emprendió un viaje de más de 30 horas con escalas en la isla portuguesa de Madeira, otra en Lisboa y una última en Madrid, antes de partir rumbo a Buenos Aires.
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