«Dulce Ángel», la maracucha acusada por enterrar vivo a un hombre, será juzgada en España
Medios españoles informaron que Hedangeline Arrieta se hacía pasar por dominicana y captaba a sus víctimas por redes sociales
Dulce Ángel, Bella, Candy o Daniela, con esos alias era conocida Hedangelin Arrieta, de 34 años, nacida en Maracaibo, quien actualmente está presa en Zaragoza, España y será juzgada por estar presuntamente implicada en el asesinato de un hombre, a finales del año pasado.
Medios españoles han hecho seguimiento al caso que ha sido calificado como «macabro», porque la mujer pertenecía a una banda de asaltantes y en su última operación, tras seducir a un ingeniero en informática en Zaragoza, terminaron golpeándolo y enterrándolo vivo.
Arrieta será juzgada junto a dos cómplices por asesinato, entre otros delitos. Así se desprende de las diligencias que acaba de culminar el juzgado de Instrucción número de 10, que se ha encargado de este macabro caso que se conoció el pasado otoño, publicó el diario ABC.
Ella se hacía pasar por dominicana, pero era venezolana, según las investigaciones realizadas por la policía y medios españoles.
Usaba redes sociales como Badoo, para captar potenciales víctimas, a quienes citaba en lugares apartados, los seducía y luego entregada a sus cómplices para que estos les golpearan y robaran. Dos de estos hombres fueron localizados por la policía y relataron como la mujer los sedujo y luego fueron asaltados.
Pero con el informático se les fue la mano. Tras darle una salvaje golpiza, lo creyeron muerto y lo enterraron. Los expertos forenses determinaron después que el hombre despertó en su tumba, cavada de prisa, y falleció asfixiado.
El portal Ondacero publicó que Arrieta nació en Maracaibo y llegó a España en un avión que aterrizó en Barajas. Incluso, el programa Caso de investigación, de la cadena española Rtve se trasladó hasta Maracaibo y entrevistó a su familia.
Dijo huir del régimen autoritario de Nicolás Maduro y pidió asilo político en España, luego se trasladó a la zona de Levante y allí pudo conocer al marroquí Achraf, uno de sus cómplices.
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