El escalofriante caso de envenenamiento con talio a dos jóvenes colombianas
La Fiscalía sigue revelando detalles del envenenamiento con talio en Bogotá, un caso que apunta a Zulma Guzmán Castro como principal sospechosa. La investigación incluye nuevas víctimas, vínculos con prácticas esotéricas y un posible móvil ligado a celos y venganza.
La investigación por el envenenamiento con talio en Bogotá tomó un giro inesperado tras las revelaciones de la Fiscalía y nuevos detalles sobre el comportamiento de la principal sospechosa, Zulma Guzmán Castro, hoy prófuga de la justicia.
Dos menores murieron en abril tras consumir frambuesas con chocolate contaminadas con talio, y una tercera adolescente continúa con secuelas graves. Lo que inicialmente se trató como un evento accidental se transformó en un caso de homicidio agravado premeditado.
Las autoridades señalaron que Guzmán habría comprado las frambuesas, las contaminó con talio y contrató una empresa de mensajería para enviarlas al apartamento de la familia Bedout, ubicado en el norte de la capital. La investigación abrió la puerta a un patrón de conducta que involucra celos, manipulación y presuntos vínculos con prácticas de brujería.
Uno de los puntos más inquietantes de la investigación apunta a que el envenenamiento con talio en Bogotá pudo no limitarse a las dos menores fallecidas. Según información del CTI, el padre de una de las víctimas, Juan de Bedout, y su hijo mayor también presentaron rastros del químico en exámenes recientes.
Además, exámenes forenses exhumados confirmaron que la esposa de De Bedout, fallecida en 2020 por un aparente cáncer, tenía talio en su organismo. Aunque la Fiscalía aún no concluye si ese caso está conectado con Guzmán Castro, el hallazgo encendió nuevas alarmas sobre un posible patrón criminal sostenido en el tiempo.
Los indicios de motivación: celos, obsesión y vínculos esotéricos
La investigación reveló que Guzmán Castro habría sostenido una relación extramatrimonial con Juan de Bedout. En ese contexto, testigos afirmaron que la mujer llegó a instalar un GPS en el carro del hombre para rastrear sus movimientos. Expertos consultados por psicólogos forenses señalan que el comportamiento podría encajar en perfiles ligados a celos extremos, obsesiones y conductas compulsivas.
A esto se suma que, según reveló Caracol Radio, Guzmán frecuentaba un centro esotérico en el norte de Bogotá donde consultaba a un autodenominado “mentalista”. Aunque no es considerado responsable del crimen, sí es pieza clave para determinar la ruta de obtención del químico y el entorno emocional de la sospechosa.
Órdenes internacionales de captura
Las autoridades confirmaron que Guzmán Castro salió del país días después del hecho. Se presume que pasó por Argentina y luego viajó a Europa. Ya existe una circular roja de Interpol y una orden de captura internacional para que responda por doble homicidio agravado, tentativa de homicidio y otros delitos asociados a este envenenamiento con talio en Bogotá.
De ser capturada y hallada culpable, enfrentaría penas superiores a 50 años, sin posibilidad de beneficios por tratarse de crímenes contra menores de edad.
La Fiscalía continúa uniendo piezas del rompecabezas: el envío de los alimentos contaminados, la relación sentimental, el entorno esotérico, el posible móvil por venganza y la ruta internacional de fuga de la sospechosa. Mientras tanto, la opinión pública sigue conmocionada por un caso que expone la complejidad emocional, criminal y psicológica detrás del envenenamiento con talio en Bogotá, un crimen que estremeció al país y cuyo esclarecimiento aún no ha terminado.

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