El Papa León XIV denuncia el uso del hambre como arma de guerra
El Papa fue enfático al calificar como crimen de guerra el uso de los alimentos como instrumento de presión en escenarios de conflicto, como los que hoy sacuden Gaza y Ucrania.
En el marco del Día Mundial de la Alimentación, el Papa León XIV lanzó un contundente llamado a la comunidad internacional para erradicar el hambre, condenar su uso como arma de guerra y repensar una economía global marcada por el despilfarro y la indiferencia.
Este año, la fecha coincide con el 80º aniversario de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), lo que dio mayor peso simbólico a las intervenciones en su sede en Roma. Bajo el lema “De la mano por una mejor alimentación y un mejor futuro”, líderes mundiales reafirmaron su compromiso con la seguridad alimentaria global.
Durante su discurso inaugural, el Papa fue enfático al calificar como crimen de guerra el uso de los alimentos como instrumento de presión en escenarios de conflicto, como los que hoy sacuden Gaza y Ucrania.
Recordó que el derecho internacional humanitario prohíbe atacar bienes esenciales para la supervivencia de las poblaciones civiles, y que instrumentalizar el hambre contradice décadas de trabajo humanitario.
“Los alimentos no son armas. Quien convierte el hambre en herramienta de dominio destruye la dignidad humana y pervierte los principios de convivencia global”, sentenció el pontífice.
Crisis alimentaria global: cifras que interpelan
Pese al avance tecnológico y científico, más de 673 millones de personas enfrentan hambre severa y cerca de 2.300 millones carecen de una dieta adecuada. Estas cifras, según León XIV, configuran una crisis silenciosa pero devastadora, que obliga a millones a migrar, rompe tejidos sociales y perpetúa la desigualdad.
El Papa denunció la existencia de una “economía sin alma”, capaz de permitir que toneladas de alimentos sean desperdiciadas mientras millones padecen escasez. Llamó a repensar el modelo económico global, priorizando a la persona por encima del lucro.
En su mensaje final, León XIV hizo un llamado a erradicar la apatía que ha naturalizado el sufrimiento del hambriento: “No podemos aspirar a una sociedad justa si tratamos el hambre como ruido de fondo al que ya nos acostumbramos”.
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