La delegación del ELN propuso al Gobierno un “nuevo modelo de negociación” consistente en ir implementando lo acordado y fijar cláusulas sobre “incumplimientos”, así como otros 12 puntos para superar la “crisis” de la mesa de diálogos
La guerrilla del ELN reafirmó este jueves su “voluntad de paz” y propuso un “nuevo modelo de negociación” con el gobierno colombiano para superar la congelación de los diálogos, luego de que las partes se reunieran por cinco días en Caracas.
El Ejército de Liberación Nacional (ELN) manifiesta su “voluntad de paz” y propone un “nuevo modelo de negociación” para “implementar lo que se va acordando (…) y verificación del cumplimiento de los acuerdos”, dijo la guerrilla en una declaración de principios difundida en X.
El grupo pidió que Estados Unidos “no objete la solución política del conflicto” y “avanzar lo máximo posible” en las negociaciones para 2026, así como “un acuerdo nacional para impulsar la democratización”.
El proceso de paz entre la guerrilla ELN y el gobierno Colombia fue suspendido en septiembre por decisión del presidente Gustavo Petro, como reacción a un ataque de este grupo de orientación marxista-leninista contra una base militar que dejó tres soldados muertos y 28 heridos.
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Las partes se reunieron de nuevo en Caracas desde el pasado sábado hasta este jueves de forma privada. Al principio de los encuentros el ELN declaró su “compromiso” con la búsqueda de una “solución política”.
La semana pasada, un comunicado de la Presidencia colombiana citaba a la jefa negociadora de Petro, Vera Grabe, adelantando que serían planteados, entre otros temas, “reactivar” un “cese al fuego”, así como “dinámicas humanitarias”.
El diálogo con el ELN se ha desarrollado en México, Cuba y Venezuela. La última reunión previa en Caracas entre las partes había sido en mayo.
El ELN, en armas desde 1964, intensificó su ofensiva desde inicios de agosto, cuando decidió no retomar una tregua que regía desde 2023. Las Fuerzas Militares también reanudaron sus operaciones contra los rebeldes.
Petro, el primer presidente izquierdista de Colombia, intenta desactivar el conflicto armado de seis décadas dialogando con varias guerrillas y bandas criminales. Enfrenta críticas de la oposición, que denuncia un deterioro en la seguridad pública.
