domingo, diciembre 8, 2024
EspecialesOpiniónEN LAS REDES Y EN LAS CALLES

EN LAS REDES Y EN LAS CALLES
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María Corina Machado se multiplica tanto como se expande la esperanza por todos los caminos de Venezuela.

Ese anhelo rebasa las fronteras patrias y se hace sentir en cada rincón del mundo, en donde nos encontramos venezolanos animados a cooperar para que, Edmundo González Urrutia, sea declarado el candidato victorioso el próximo 28 de julio.

María Corina continúa su peregrinar por los pueblos de esa Venezuela que le abre sus destinos, sabiéndola comprometida y decidida a cumplir cabalmente la misión que se ha resuelto a cumplir hasta el final.

Y eso significa hasta que se haga cierta la esperanza del cambio profundo, que ella ha venido predicando desde que se resolvió a incursionar en la política, en el entendido que esa disciplina la sedujo porque la entiende como una manera de servirle a su país y a su pueblo de la manera más digna y noble.

Junto a ella, luchan mujeres y hombres que no se limitan a utilizar las redes sociales, sino que se arriesgan en cada esquina de cada calle en donde son asechados por los cuerpos policiales, como fue el caso de la diputada Dignora Hernández, que pudo disponer de las redes sociales para evidenciar el secuestro infame del que estaba siendo víctima, en el momento en que era indebidamente aprehendida.

También están los ejemplos de los líderes de los diferentes estados que aún se encuentran privados de su sagrada libertad, o de los integrantes del comando nacional de campaña de María Corina, como Magaly Meda de Olavarría, Pedro Urruchurtu, Henry Alviarez, Omar González Moreno, Claudia Macedo, Fernando Martínez Mottola y Humberto Villalobos, todos consagrados a una gran lucha por hacer posible que Venezuela retorne a la democracia y de un salto hacia los escenarios del progreso que nos merecemos como país y como pueblo. Para todos ellos, nuestra más absoluta solidaridad!

En todos los actos que encabeza María Corina se observan muchedumbres que desbordan las vías públicas.

Se trata de personas que doblegan las dificultades para acompañar a la ilustre visitante de Tucacas, de Dabajuro, de Coro o de Maracaibo.

Es gente que lo arriesga todo, porque bien se sabe que para el régimen de Maduro todos aquellos ciudadanos que se solidaricen con las propuestas de María Corina, son sospechosos de ser “traidores a la patria”, o por lo menos de conspiradores.

Pero la gente echa palante, no se amilana, por el contrario sale a las calles a recibir y a vitorear a quien es, hoy por hoy, la depositaria de esa contagiosa fe que hace ver esas manifestaciones como procesiones religiosas en donde María Corina aparece como el santuario ante el que rezamos con la inspiración que ella transmite.

De allí que no se trata de una labor fácil de cumplir, porque mal se puede decir que María Corina y la gente que la rodea lo hacen desde “la comodidad de las redes sociales”.

Vemos a María Corina encaramada en tribunas, sobre cornetas, elevada en un árbol o desplazándose en motocicletas, dándolo todo por la causa en la que cree y defiende con un contagioso optimismo y una férrea valentía.

Lo mismo observamos en esas multitudes en las que los asistentes sacan su teléfono para alumbrarse o para dejar congelada la imagen de esos eventos inolvidables. ¡Pero lo hacen de cuerpo presente y de cara a un futuro promisorio por el que apuestan hasta su propia vida!

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