Entre tuberculosis, VIH y desnutrición sobreviven los privados de libertad en Venezuela
La crisis de salud que enfrentan los presos en los centros de detención preventiva del país sigue cobrándose vidas. Solo en mayo al menos cinco privados de libertad murieron por diversas enfermedades, según el informe de Una Ventana a la Libertad.
El estudio detalla que en la sede de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) de Boleíta en Caracas fallecieron dos presos por tuberculosis y uno por un paro respiratorio.
Otros dos fallecieron por infartos en la comisaría del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) de Ocumare del Tuy, estado Miranda.
Organizaciones encargadas de velar por los derechos humanos de los privados de libertad ven con preocupación cómo las enfermedades crónicas proliferan dentro de los reclusorios.
En los 57 centros de detención preventiva que fueron estudiados se encontraron cifras devastadoras: 941 presos padecen de desnutrición, 188 sufren de tuberculosis y 10 presentan Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH).
Aseguran que la razón principal de esta crisis es el fuerte hacinamiento que se vive en los calabozos policiales.
En total, los centros de detención analizados tienen una capacidad para albergar 2.104 personas. Sin embargo, la realidad es que entre esos barrotes mantienen 4.589 presos, más del doble de lo permitido.