Visionario, astrólogo y gran sabio renacentista, Nostradamus profetizó hechos que nunca llegaron a ocurrir. Estos son sus errores más sonados
Michel de Nostredame, más conocido como Nostradamus, fue un médico y astrólogo francés del siglo XVI cuya fama profética ha perdurado hasta nuestro presente.
Parte de su renombre se lo debe a Les prophéties, el libro que publicó en 1555. El volumen contiene más de 900 cuartetas poéticas que se han interpretado como predicciones verdaderas de desastres naturales, pandemias y conflictos bélicos mundiales.
¿Hay algo de cierto en ello o se equivocó Nostradamus? Estas son algunas de las profecías del francés que jamás se verificaron.
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El fin del mundo en 1999
Una de las predicciones más famosas de Nostradamus que no se cumplió concierne el supuesto fin del mundo que debía acaecer en julio de 1999. La cuarteta “el año 1999, séptimo mes, del cielo vendrá un gran Rey del terror” se interpretó como un anuncio inminente del apocalipsis.
En la víspera del cambio de milenio, este fragmento se utilizó de nuevo: la llegada de un evento catastrófico era inminente. Sin embargo, el mes pasó sin que se verificase ningún suceso de la magnitud que los seguidores de Nostradamus esperaban.
Algunos defensores de Nostradamus sugieren que la expresión “Rey del terror” no aludía al fin del mundo, sino a una amenaza política o militar. Sin embargo, a finales de 1999 no se produjeron eventos que respaldaran esta reinterpretación. En última instancia, la predicción del fin del mundo en 1999 se convirtió en uno de los ejemplos más claros de una visión profética fallida.
Ataque a las torres gemelas
Otra famosa profecía atribuida a Nostradamus se refiere al ataque de las Torres Gemelas neoyorquinas del 11 de septiembre de 2001. Después de los ataques, muchos afirmaron que Nostradamus ya había predicho el derrumbe de los dos imponentes edificios.
Las cuartetas “dos pájaros de acero caerán del cielo sobre la metrópolis” y “el cielo arderá a 45 grados de latitud” parecían referirse a la imagen de los aviones estrellándose contra las Torres.
Sin embargo, esta cuarteta se demostró falsa. En sus escritos, Nostradamus no menciona “pájaros de acero”, entre otros motivos porque el acero no empezó a producirse industrialmente hasta mediados del siglo XIX. Por lo tanto, no hay ninguna referencia en las cuartetas originales que pueda considerarse una predicción de los ataques del 11 de septiembre. Lo que ocurrió en este caso fue un proceso de postdicción.
La postdicción permite que el lector justifique y dé sentido a un concepto (en este caso, un supuesto mensaje profético) haciendo que el texto se ajuste de manera forzada para que coincida con los eventos.
La profecía sobre Hitler
A Nostradamus también se le ha atribuido el ascenso de Adolf Hitler. Una cuarteta menciona a un tal “Hister”, que suele citarse como una referencia velada al dictador. El verso en cuestión dice: “De lo más profundo del oeste de Europa, de gente pobre nacerá un niño que, con su lengua, seducirá a una gran tropa; su fama aumentará hacia el reino del Este”.
El problema aquí es que Hister, lejos de considerarse un error ortográfico de “Hitler”, alude, en realidad, al nombre latino del río Danubio. Es muy probable que Nostradamus estuviera refiriéndose a esta región geográfica y no a un nombre personal. Al igual que otras profecías, esta cuarteta fue reinterpretada después de que Hitler ascendiera al poder. Los detalles, más bien vagos, del texto original se adaptaron para hacerlos coincidir con los eventos históricos.
La llegada del hombre a la luna
Otro caso famoso de una predicción errónea hecha por Nostradamus se refiere a la llegada del hombre a la luna en 1969. Algunos creen que una de sus cuartetas, que menciona “un hombre nuevo” y “viajes al cielo”, predeciría este evento.
Sin embargo, después de analizar el lenguaje de Nostradamus, se ha concluido que estas palabras funcionan más como metáforas poéticas que como menciones explícitas de la exploración del espacio.
De hecho, no hay ningún verso que describa claramente un alunizaje o un viaje espacial. Esta es otra instancia en la que los intérpretes contemporáneos han buscado ajustar las cuartetas para hacerlas coincidir con eventos históricos ya ocurridos.
El “hombre débil” que gobernaría el mundo occidental
Otra de las predicciones ampliamente difundidas en tiempos recientes refiere que Nostradamus habría predicho la llegada de un “hombre débil” al poder. Esta figura gobernaría el “mundo occidental” tras una época de plagas. Esta predicción cobró fuerza en 2020 tras la elección de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos.
Se ha demostrado que esta predicción es totalmente falsa. La frase “mundo occidental” ni siquiera existía en la época de Nostradamus, lo que imposibilita que el estudioso pudiese utilizar esas palabras.
Cuestión de la interpretación
A Nostradamus también se le ha vinculado con otros eventos que nunca llegaron a ocurrir, como una supuesta Tercera Guerra Mundial. Varias de sus cuartetas se han citado y aún se mencionan como supuestas advertencias de un conflicto global devastador.
Otro ejemplo famoso de augurio fallido refiere la expectativa de un conflicto apocalíptico para el año 1994.
Se sugirió que una cuarteta relacionada con una “gran guerra” en Europa predecía la Tercera Guerra Mundial, pero el año llegó y pasó sin que se produjese un conflicto de tal magnitud. Lo mismo volvió a suceder en 2002.
El atractivo de las profecías de Nostradamus reside en su evidente ambigüedad. Sus versos están escritos en un lenguaje simbólico que admite interpretaciones muy diversas.
Esto facilita que las predicciones puedan ajustarse a eventos que ya ocurrieron, en lugar de preverlos con precisión. De hecho, muchos estudiosos y críticos argumentan que Nostradamus no era un profeta en el sentido estricto, sino más bien un maestro del lenguaje críptico, cuyas cuartetas pueden ser moldeadas para que coincidan con cualquier evento histórico.
Como señala el escritor Peter Lemesurier, experto en las profecías de Nostradamus, gran parte de las predicciones atribuidas al francés son, en realidad, reinterpretaciones creativas formuladas a posteriori.
Lemesurier argumenta que, si el astrólogo francés realmente hubiera sido capaz de predecir el futuro, sus vaticinios habrían sido claros y específicos, sin posibilidad de ser malinterpretados. La ambigüedad de su lenguaje, por tanto, ha conseguido que los textos de Nostradamus hayan perdurado durante siglos.
Con información de Muy Interesante
