El portavoz de la defensa civil de Gaza describió la acción como una “masacre horrorosa”
La defensa civil de Gaza afirmó el sábado que un ataque israelí mató al menos a 90 personas en una escuela que, según el ejército hebreo, albergaba un centro de mando del movimiento islamista Hamás que gobierna ese territorio.
Este ataque, cuyo balance no pudo ser verificado de forma independiente, es uno de los más mortíferos desde el inicio de la guerra en Gaza, desencadenada por un ataque sin precedentes de Hamás en suelo israelí el 7 de octubre, según los datos comunicados por el movimiento islamista palestino.
Hamás denunció un “crimen horrible” y una “peligrosa escalada”, después de que Israel aceptara el viernes, bajo presión internacional, retomar las negociaciones sobre una tregua en el enclave palestino el 15 de agosto.
Situada en el centro de Ciudad de Gaza, la escuela al-Tabi’een, atacada el viernes por la noche, acogía a unos 250 desplazados, en su mayoría mujeres y niños, según fuentes de los medios de comunicación del gobierno de Hamás, en el poder en la Franja de Gaza.
El portavoz de la agencia de defensa civil de Gaza, Mahmud Basal, cifró el número de muertos en “entre 90 y 100”, con decenas más de heridos.
Por su parte, el ejército israelí afirmó haber “golpeado a terroristas de Hamás que operaban en un centro de mando y control de Hamás integrado” en la escuela, situada junto a una mezquita.
El portavoz de la defensa civil de Gaza describió la acción como una “masacre horrorosa”. “Los equipos están intentando controlar el incendio para retirar los cadáveres de los mártires y salvar a los heridos”, afirmó en Telegram.
El jueves, esta agencia ya había reportado que ataques israelíes contra dos escuelas en Gaza habían matado a más de 18 personas.
Entonces, el ejército israelí afirmó que los centros albergaban también centros de mando del movimiento islamista palestino.
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Operación en Jan Yunis
Después de más de diez meses de guerra estallada por el ataque de Hamás del 7 de octubre, las tropas israelíes se encuentran combatiendo en lugares que previamente aseguraba tener bajo control.
El conflicto ha disparado la tensión en Oriente Medio, en alerta especialmente después de las muertes del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán y de un comandante del movimiento islamista libanés Hezbolá en Beirut.
Israel solo ha reivindicado el segundo de estos ataques, pero Hamás e Irán lo acusan también de la muerte de Haniyeh y han prometido venganza.
Ante la perspectiva de una deflagración regional, Catar, Egipto y Estados Unidos reclamaron el jueves a ambas partes volver a las negociaciones indirectas para pactar un alto el fuego y la liberación de los rehenes tomados por Hamás en su ataque de octubre.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusado por opositores, analistas externos y por Hamás de querer prolongar la guerra para sacar rédito político, aceptó el jueves participar en estas nuevas conversaciones.
Sin embargo, su ejército lanzó el viernes una ofensiva terrestre en Jan Yunis, una ciudad en el sur de la Franja de Gaza de donde sus tropas se habían retirado en abril tras meses de combates contra Hamás.
Los habitantes del este de la ciudad, que habían recibido órdenes de evacuación en la víspera, huyeron a pie, en burros, autos o motocicletas por sus polvorientas y devastadas calles.
“Hemos sido desplazados 15 veces. ¡Ya basta! Somos civiles y no somos responsables de esta situación”, dijo a la AFP Mohamed Abdeen.
Según estimaciones de la oficina humanitaria de Naciones Unidas (OCHA), “al menos 60.000 palestinos podrían haberse desplazado hacia el oeste de Jan Yunis en las últimas 72 horas”, dijo la portavoz de la ONU, Florencia Soto Nino.
Presión para un acuerdo
Estas acciones pueden socavar los esfuerzos de los países mediadores para frenar la guerra desatada por el ataque sin precedentes de Hamás contra el sur de Israel.
Los combatientes islamistas mataron el 7 de octubre a 1.198 personas, en su mayoría civiles, y tomaron como rehenes a otras 251, según datos israelíes.
En represalia, Israel prometió acabar con Hamás y lanzó una campaña militar contra Gaza que ha matado al menos a 39.699 personas, según el Ministerio de Salud de este territorio gobernado por el movimiento islamista.
En más de diez meses de guerra, solo se ha conseguido pactar una tregua de una semana en noviembre que permitió liberar a más de un centenar de las personas raptadas por Hamás.
Sin embargo, el ejército israelí calcula que 111 rehenes permanecen en Gaza, incluidos 39 a los que dan por muertos.
Tras el asesinato de Haniyeh y su reemplazo al frente de Hamás por Yahya Sinwar, jefe del movimiento en Gaza y señalado por Israel como cerebro del ataque del 7 de octubre, los países mediadores instaron a ambas partes a implementar un acuerdo de tregua “sin más demora”.
La hoja de ruta para una tregua consta de varias etapas y se basa en un plan esbozado el 31 de mayo por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que lo presentó como una propuesta de Israel.
La oficina del primer ministro Netanyahu anunció seguidamente que enviarían una delegación para participar en esas conversaciones, pero Hamás todavía no ha dado respuesta pública a la invitación.