El ejército israelí reportó la mañana del miércoles que 50 proyectiles fueron lanzados al norte de su territorio desde Líbano, sin registrar bajas
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, descartó el martes ordenar un alto el fuego “unilateral” en Líbano alegando que este no impediría un reagrupamiento en la frontera de los milicianos islamistas de Hezbolá, que amenazó con ataques en “todo” el territorio israelí.
En un discurso, el número dos de Hezbolá, Naim Qasem, afirmó el martes que “la solución” para poner fin a la guerra en Líbano es “un alto el fuego”, y aseguró que su movimiento no será “derrotado” por el ejército israelí.
“Ya que el enemigo israelí apuntó contra todo Líbano, tenemos derecho, desde una posición defensiva, a apuntar contra cualquier lugar” de Israel, “ya sea el centro, el norte o el sur”, señaló Qasem.
Benjamin Netanyahu dijo oponerse a un “alto el fuego unilateral, que no cambia[ría] la situación de seguridad en Líbano” y que “no impediría a Hezbolá rearmarse y reagruparse” en el sur del país, durante una conversación telefónica con el presidente francés, Emmanuel Macron.
El movimiento proiraní indicó este martes que disparó misiles contra “tres topadoras y un tanque” del ejército israelí, que resultaron incendiados, cerca de una aldea del sur de Líbano.
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También afirmó que lanzó cohetes contra varias regiones del norte de Israel, incluyendo Haifa y Safed, y que derribó dos drones israelíes.
El ejército israelí reportó la mañana del miércoles que 50 proyectiles fueron lanzados al norte de su territorio desde Líbano, sin registrar bajas.
Hezbolá dijo que había lanzado “una gran salva de misiles” a la localidad de Safed.
Las autoridades libanesas reportaron el martes por la noche nueve muertos en bombardeos israelíes en varios pueblos del sur del país y otros cinco en una localidad del este.
Después de casi un año de enfrentamientos armados con Hezbolá en la frontera israelí-libanesa y después de debilitar a Hamás en la Franja de Gaza, a mediados de septiembre el ejército israelí puso el foco de la guerra en Líbano, donde ha intensificado sus ataques contra los bastiones del movimiento chiita.
El objetivo es alejar a Hezbolá de las regiones fronterizas y poner fin al lanzamiento de cohetes para que puedan regresar a sus casas los cerca de 60.000 israelíes desplazados.
Para ello, el 23 de septiembre emprendió una intensa campaña de bombardeos aéreos contra feudos del movimiento proiraní, y el 30, una ofensiva terrestre en el sur del país.
Las autoridades libanesas anunciaron el martes que los bombardeos del lunes causaron 41 muertos. Desde el 23 de septiembre, al menos 1.356 personas han muerto en Líbano, según un recuento a partir de cifras oficiales.
La ONU ha reportado casi 700.000 desplazados.