JUAN PABLO I, el papa que solo duró 33 días: pero no fue el más efímero
A lo largo de la historia, hubo varios papas que no llegaron ni al mes, incluso, hubo uno que no llegó a asumir, por lo que la historia no lo pone en la lista
Desde San Pedro hasta el recientemente fallecido Francisco, la Iglesia Católica suma ya un total de 266 papas.
No es de extrañar, pues, que en el transcurrir de veinte siglos esta institución albergue anécdotas sorprendentes como, por ejemplo, el nombramiento de Juan XII con tan solo 18 años, el secuestro de Pío VII por parte del emperador Napoleón o la celebración entre 1268 y 1271 del cónclave más largo (y complicado) de la historia.
Como el papado constituye un cargo vitalicio —es decir, que se mantiene hasta la muerte salvo que el pontífice renuncie voluntariamente, como en el caso de Benedicto XVI—, uno de sus mayores puntos de interés popular gira en torno al tiempo de permanencia de cada uno de los individuos de la lista vaticana.
Y en este sentido, el liderazgo más largo fue el de Pío IX en el siglo XIX, que duró nada más y nada menos que 31 años, 7 meses y 22 días.
Cuando se trata del más corto, sin embargo, uno de los casos llega hasta tiempos verdaderamente recientes.
Hablamos de Juan Pablo I, uno de los 10 últimos pontífices de la Iglesia Católica, quien permaneció apenas 33 días en el gobierno del Vaticano, y quien, aun así, no logró superar en efimeridad a otros papas muy breves.
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Corto pero memorable
El paso de Juan Pablo I por el Vaticano fue tan corto como memorable. Si bien no tuvo tiempo de llevar a cabo acciones tan trascendentales como las de su sucesor, Juan Pablo II (quien ejerció el papado más largo de los tiempos modernos, con una permanencia de 26 años en el cargo), fue posteriormente recordado como el «Papa sonriente», debido al gesto alegre que demostró en sus primeras apariciones públicas.
Su ascenso y muerte ocurrieron en el 1978, año en el que, entre muchos otros grandes acontecimientos, se firmaron los Acuerdos de Camp David entre Egipto e Israel, tuvo lugar la conocida como Guerra de Kagera entre Tanzania y Uganda.
Además, países como Argentina y Chile se encontraban en plena dictadura, o se desarrollaba el genocidio en Camboya.
En otras palabras, si el papado de Juan Pablo I no hubiera finalizado de forma inesperada, el pontífice podría haber jugado un papel clave en la historia del siglo XX.
Pero, ¿por qué duró tan poco su liderazgo? A Albino Luciani, su nombre secular, le llegó la muerte un 28 de septiembre de 1978, a sus 65 años de edad.
El Vaticano apuntó al infarto agudo de miocardio como causa del fallecimiento, aunque las teorías conspirativas no tardaron en aparecer ante la ausencia de autopsias.
No fue hasta 2017 cuando el resultado de una larga investigación archivística recogida en el libro Papa Luciani, de la periodista italiana Stefania Falasca, descartó los rumores de envenenamiento (quizá la hipótesis más persistente sobre su muerte) y otorgó evidencias científicas a la versión oficial.
Los hubo más breves
¿Constituyeron esos 33 días el papado más corto desde la inauguración del cargo hace veinte siglos? Ni por asomo. De hecho, muchos otros pontífices superan en brevedad a Juan Pablo I (quien, por cierto, puede considerarse pionero en la tradición de utilizar un nombre papal compuesto, el cual eligió para homenajear a sus predecesores Juan XXIII y Pablo VI).
El récord de efimeridad lo ostenta el papa Esteban, que solo lideró la Iglesia durante 3 días: de acuerdo con la Enciclopedia de la Agencia Católica de Informaciones, fue elegido tras la muerte del pontífice Zacarías —la última figura del denominado papado bizantino—, pero sufrió una apoplejía mientras realizaba tareas domésticas.
Y en este sentido, cabe destacar que murió antes de la consagración, por lo que algunas listas papales ni siquiera incluyen su nombre.
Más tarde vendrían otros papas breves: Urbano VII, que duró 13 días en el año 1590, Bonifacio VI, quien probablemente murió de gota tras 15 días desde su nombramiento en el año 896, Marcelo II, que murió a los 22 días de haber sido elegido (en 1555) y que fue el último papa en mantener su nombre de bautizo, o León XI, que permaneció en el cargo durante 26 días, en 1605.
Con información de National Geographic
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