KAST comienza a moverse para devolver a los migrantes ilegales a sus países de origen
Para cumplir su promesa electoral, debe contar con el apoyo de Argentina, Bolivia y Perú.
“Tenemos que unirnos… buscar una solución que vea, dentro de la dignidad de las personas, el cómo solucionar algo que nos afecta a todos”, dijo esta semana el presidente electo de Chile, José Antonio Kast, en Quito, al reunirse con jeefe de Estado ecuatoriano, Daniel Noboa.
Y es que a Kast le faltan aún dos meses y medio para asumir como presidente de Chile, pero ya comenzó a moverse como la estrella emergente de la política sudamericana que es, con viajes a Argentina, Perú y Ecuador.
Sabe que no tiene tiempo que perder porque la más arriesgada de sus promesas, devolver a todos los inmigrantes irregulares a sus países, no depende sólo de él. Necesita, incluso, de la colaboración del propio Nicolás Maduro y del presidente de Colombia, Gustavo Petro, que considera que Kast es «un nazi».
Un par de horas antes había hecho escala en Lima, donde se vio con el ministro peruano de Relaciones Exteriores, Hugo De Zela. Días antes había estado en Buenos Aires visitando al presidente Javier Milei, y ya en esas horas comenzó a insistir con el difuso concepto de «corredor humanitario».
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¿Cómo hacer?
¿A qué se refiere Kast? El líder de la derecha dura chilena fue elegido en la segunda vuelta con el 58,16% de los votos, un rotundo triunfo sobre Jeannette Jara, la dirigente comunista que postulaba la coalición de izquierdas del actual presidente, Gabriel Boric.
Pero a Kast le fue siendo cada vez más difícil explicar cómo llevaría a cabo su promesa, sostenida sobre una cuenta regresiva, día a día, que plantea que el 11 de marzo, día del cambio de gobierno, los 330.000 inmigrantes en situación irregular deberán haber abandonado Chile si no se quieren exponer a situaciones complejas.
«No vamos a regularizar ni a empadronar a ninguno. Les quedan 92 días [el tiempo que faltaba ese día hasta la asunción del nuevo presidente] para que dejen nuestro país libremente. Lo mismo les decimos a los prófugos, regresen hoy día, porque si luego al buscarlos nos cuestan un peso, lo van a pagar con más cárcel», dijo Kast.
«¿Cómo harás eso, José Antonio?», le preguntó Jara. «Has dicho primero que expulsarías a los inmigrantes irregulares, luego que los invitarías a salir y ahora tienes una tercera derivada y dices que les negarás los servicios públicos. ¿Cuál es tu política?».
«Todo junto», respondió Kast, que añadió que expulsará incluso a los inmigrantes que sean padres de hijos nacidos en Chile: «Si ellos abandonan a sus hijos tendremos que hacernos cargo nosotros».
Debe irse del país
Al día siguiente, el hoy presidente electo se topó con Bianca, una inmigrante irregular venezolana que tiene una hija chilena. Kast le dijo que debe irse del país: «Nosotros vamos a estudiar todo, pero el primer mensaje que quiero darle es que ustedes se tienen que ir, y mejor antes que después, porque ahora, además, podrán irse con todos sus bienes. Después, no».
En caso de que Kast envíe en efecto a la frontera a todos los inmigrantes irregulares, nada podrá hacer si no cuenta, para empezar, con la cooperación de los países fronterizos, Argentina, Bolivia y Perú.
Por eso está conversando con sus líderes en una coyuntura política que le es favorable, ya que son presidentes ideológicamente afines.
Jaime Ravinet, ex alto cargo del Gobierno del socialista Ricardo Lagos y hoy consultor político, cree que Kast arriesgó más de la cuenta con la que fue una de las promesas estrella que lo llevó a la Presidencia, aunque entiende que lo haya hecho.
«Estoy convencido de que aquí hay venezolanos que están moviendo cosas, como lo hicieron los cubanos en 2019. ¿O nos olvidamos del asesinato de [el exmilitar venezolano, Ronald] Ojeda [en febrero de 2024]?», dijo Ravinet a EL MUNDO. "Pero lo que se propone es muy difícil de lograr y él no sabe explicarlo bien. La primera promesa de Kast puede ser el primer problema de Kast".
Otro observador de primera línea, un hombre al que Kast consulta en temas de política exterior, dijo a este diario que el presidente electo chileno trabaja ya en coordinación con el Gobierno de Donald Trump.
«Hay varias razones para un alineamiento estrecho entre Kast y Trump. Y el embajador que mandaron [Brandon Judd llegó en noviembre] calza perfecto en la agenda de seguridad y migración. Hay un giro de Estados Unidos hacia Latinoamérica absolutamente inusual.
Con información de El Mundo

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