“Lo mataron a patadas y seguimos esperando justicia”: padre de Jaime Esteban Moreno hablan de cómo será la primera Navidad sin él
En una entrevista con Rafael Poveda en Más Allá del Silencio, el padre y el hermano de Jaime Esteban Moreno relatan el dolor, los últimos momentos y la brutal agresión que terminó con la vida del joven de 20 años en Chapinero.
La muerte de Jaime Esteban Moreno, un joven de 20 años que estudiaba Ciencias Informáticas en la Universidad de los Andes, sigue sacudiendo a Bogotá. El crimen ocurrió en la madrugada de Halloween, tras salir de una discoteca en Chapinero, donde fue agredido brutalmente en plena vía pública. Pero más allá de los videos que circularon y de la indignación social, hasta ahora no se había escuchado la voz más íntima del caso.
Esa voz llegó en Más Allá del Silencio, el pódcast dirigido por el periodista Rafael Poveda, donde por primera vez hablaron Jaime Alberto Moreno, padre de la víctima, y David Alberto Moreno, su hermano menor y compañero de habitación. Fue una conversación extensa, cargada de dolor, memoria y reclamos de justicia, que reconstruye no solo la noche del crimen, sino la vida que fue arrebatada.
“La primera Navidad sin Jaime”
El relato comienza lejos de los hechos judiciales y se instala en lo humano. “Es mi primera celebración sin Jaime”, dijo el padre. “Los días se hacen eternos y las fechas quisiera uno que no llegara”. Para la familia, la Navidad dejó de ser un encuentro y se convirtió en una visita al cementerio.
David lo dijo con una frase que resume la ausencia: “No voy a poderlo abrazar, sino que voy a ir el veinticuatro o el veinticinco al cementerio a decirle feliz Navidad a una lápida, no a mi hermano”.
Ese vacío se acentúa en los detalles. Jaime Esteban había comprado en secreto un regalo para su hermano: una tablet que llegó el 30 de octubre, un día antes del crimen. “Él me había planeado ese detalle”, contó David. “Fue el último detalle que me pudo haber dado sin saber que iba a ser el último”.
¿Quién era Jaime Esteban Moreno?
Su familia describe a Jamie Esteban como un joven introvertido, disciplinado y profundamente familiar. “Hablaba con los ojos”, dijo su padre durante la entrevista con Rafael Poveda. “No era histriónico, era un líder de ejemplo, de los que guían con lo que hacen, no con lo que dicen”.
Amante del ajedrez, la tecnología y los deportes. Hincha de Independiente Santa Fe, una pasión que compartía con amigos y familiares y que vivía con la misma serenidad que la del equipo de sus amores: sin estridencias, pero con fidelidad absoluta.
Cursaba séptimo semestre de Ciencias Informáticas en la Universidad de los Andes, donde integraba la selección de ajedrez y lideraba proyectos académicos. Uno de ellos, el desarrollo de una aplicación para alquilar sombrillas dentro del campus universitario, le absorbió gran parte de su último semestre. “Siempre estaba para ayudar a los demás”, recordó su padre. “Después de su muerte, muchos nos contaron que Jaime era el que escuchaba a las once de la noche, cuando nadie más lo hacía”.
La noche de Halloween en Chapinero
Jaime asistió a una fiesta organizada por estudiantes. No era frecuente en él. “No era de rumba, no era de fiesta”, explicó su padre. Preparó un disfraz sencillo y salió con amigos. Esa noche, por primera vez, no fue acompañado por su hermano.
Tras salir del lugar, quedó con un solo compañero. Lo que ocurrió después quedó registrado en videos y testimonios. Según el relato del padre en Más Allá del Silencio, hubo amenazas previas y luego una agresión directa en plena vía pública.
“Lo golpean, lo tiran al piso y en indefensión le propinan patadas en la cara”, relató. “No sé cuántas veces he visto morir a mi hijo”.
Uno de los momentos más fuertes de la entrevista fue la descripción del rol de Paola Fernández, conocida como “la mujer del disfraz azul”, señalada como presunta determinadora del crimen y hoy prófuga de la justicia.
Según el padre, en los videos se observa cómo “ella los señala y los sigue señalando”. Añadió que, tras la agresión, “ella se queda a verificar que él esté efectivamente muerto”.
La familia destacó el actuar inmediato de la Policía. “Gracias a nuestra Policía Nacional, mi hijo no muere en el andén”, dijo el padre, quien explicó que fue trasladado de inmediato al hospital de Chapinero. Jaime llegó con vida, pero “cerebralmente estaba muerto”.
La indignación crece por lo ocurrido después. “No sabemos por qué las dejaron ir”, afirmó, en referencia a personas inicialmente retenidas. “Hoy estamos esperando una captura sin saber si están en el país”.
David fue contundente: “Nada nos va a devolver a mi hermano, pero la justicia es un bálsamo”.
El cierre de la entrevista fue una declaración de amor y memoria. “Todo el amor que tenía se lo di”, dijo el padre. “El único lugar del que no me lo van a poder matar es de mi corazón”.

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