Los bisontes reverdecen las praderas del Parque Yellowstone
Los bisontes en Yellowstone están transformando los ecosistemas al mejorar la salud de los suelos y enriquecer la biodiversidad. Un estudio científico revela su papel clave en la recuperación de las praderas.
El Parque Nacional Yellowstone, en Estados Unidos, se ha convertido en un laboratorio natural para entender cómo los grandes herbívoros influyen en los ecosistemas. Los bisontes en Yellowstone, una especie que estuvo al borde de la extinción entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, hoy desempeñan un papel central en la restauración de las praderas del parque.
Actualmente, la población en el área protegida supera los 5.000 ejemplares, lo que representa una recuperación significativa después de décadas de esfuerzos de conservación. Su presencia no solo garantiza la supervivencia de la especie, sino que además transforma los paisajes y favorece la biodiversidad.
Migraciones que moldean el ecosistema
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Science, los bisontes recorren anualmente más de 1.600 kilómetros en sus rutas migratorias dentro del parque. Investigadores de la Universidad de Washington y Lee, la Universidad de Wyoming y el Servicio de Parques Nacionales siguieron durante seis años a distintas manadas utilizando collares GPS, imágenes satelitales y experimentos de campo.
El análisis permitió demostrar que, a medida que los bisontes se desplazan y se alimentan de brotes jóvenes, renuevan las praderas y generan un mosaico de hábitats que mejora la salud del suelo y aumenta la capacidad nutricional de la vegetación.
El profesor Bill Hamilton, de la Universidad de Washington y Lee, explicó: “Lo que estamos observando es que, a medida que los bisontes se desplazan por el paisaje, amplifican la calidad y la capacidad nutricional de Yellowstone”.
Uno de los hallazgos más relevantes del estudio es que el pastoreo de los bisontes activa el ciclo del nitrógeno, un proceso clave para la fertilidad del suelo. Al consumir plantas jóvenes, estos animales estimulan la actividad de los microbios del suelo, lo que permite que el nitrógeno se recicle en formas más aprovechables para la vegetación.
De esta manera, las áreas pastoreadas logran crecer tanto como las que no lo son, pero con una diferencia crucial: las plantas alcanzan un nivel de nutrición hasta un 150 % superior, lo que beneficia a otros herbívoros y fortalece la red trófica del ecosistema.
Impacto en la biodiversidad y comparaciones globales
Los científicos señalan que la recuperación de los bisontes en Yellowstone tiene un efecto comparable al que ocurrió en África con los ñus en el Serengeti. En ambos casos, la presencia masiva de herbívoros genera cambios estructurales en los paisajes que favorecen a múltiples especies, desde pequeños roedores hasta depredadores de gran tamaño.
El profesor Hamilton añadió que “su pastoreo probablemente tenga consecuencias importantes para otros herbívoros y para la red trófica en su conjunto”. Esto refuerza la idea de que los bisontes no solo son un símbolo cultural de Norteamérica, sino un pilar ecológico de primer orden.
Para comentar, debes estar registradoPor favor, inicia sesión