Aumenta la tensión entre la Iglesia católica y el régimen de Daniel Ortega
Cientos de nicaragüenses acudieron a una misa bajo vigilancia policial después de que las autoridades prohibieran una procesión religiosa por las calles de la capital Managua por motivos de “seguridad interna”.
“Perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen”, dijo el cardenal Leopoldo Brenes en una misa cuando pronunciándose sobre las tensiones y la detención del obispo Rolando Álvarez, quien lleva casi dos semanas retenido por la policía acusado de desestabilizar a Nicaragua.
El obispo Rolando Álvarez continúa sitiado por la policía en la curia episcopal del norteño departamento de Matagalpa.
El padre Álvarez es un fuerte crítico del mandatario nicaragüense, Daniel Ortega.
Mientras tanto la Diócesis de Siuna, a través de un comunicado, informó que el presbítero Oscar Benavides, de la parroquia Espíritu Santo de la localidad de Mulukukú, fue arrestado la tarde del domingo y que desconoce “las causas o motivos de su detención”.
Esta Diócesis pidió a las autoridades información sobre el paradero del religioso, cuya detención no ha sido confirmada por la policía.
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La detención de estos párrocos no han sido las únicas medida que las autoridades nicaragüenses han tomado contra la Iglesia Católica.
A principios de este mes de agosto, el gobierno mandó a cerrar 7 emisoras de radio católicas en varias ciudades de Nicaragua.