Casi ningún titular de ese despacho ha salido bien librado. Tras manejar la principal empresa del país, cinco de los ocho titulares de Pdvsa están presos o prófugos de la justicia
Cinco de los ocho ministros de Petróleo en la década que lleva el presidente Nicolás Maduro en el poder en Venezuela han terminado prófugos o presos, entre escándalos de corrupción y acusaciones de traición y conspiración.
La última cabeza que pasó por la guillotina fue la de Pedro Tellechea, quien encabezó hasta agosto esta vital cartera ministerial, además de presidir la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Fue arrestado hace una semana, acusado de entregar “el cerebro” -el sistema automatizado- de la compañía a una firma “controlada por los servicios de inteligencia” de Estados Unidos, el eterno enemigo del chavismo.
Tras su captura, Maduro renovó su promesa de luchar contra “corruptos” y “traidores”: “¡Caiga quien caiga!”.
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El zar de Chávez
Hombre de confianza de Hugo Chávez, Rafael Ramírez fue el primer ministro de Petróleo de Maduro a su llegada al poder en 2013. Ocupaba el cargo desde 2002 y era presidente de PDVSA desde 2004.
Fue todopoderoso en la administración del fallecido Chávez (1999-2013), a quien entregó absoluto control sobre la industria tras un paro petrolero entre diciembre de 2002 y marzo de 2003 que buscaba su caída.
“La nueva PDVSA es roja, rojita”, clamó Ramírez frente a trabajadores de la industria, al referirse al color que identifica al chavismo.
“PDVSA es una caja negra”, comentó a la AFP Iván Freites, sindicalista petrolero exiliado en Estados Unidos, al cuestionar la “opacidad” en la industria. “Aquí no hay controles, nadie se atreve a denunciar y el que se atreve está muerto, está desterrado o está preso”.
Cuatro sindicalistas petroleros fueron asesinados entre 2015 y 2020, según un informe de una ONG.
Hijo de un caficultor que financió a guerrilleros comunistas en la década de 1960 y sobrino de Carlos Illich Ramírez, “El Chacal” (preso en Francia por terrorismo), Ramírez dejó el cargo para ser canciller y embajador ante la ONU, antes de romper con Maduro y convirtiéndose en un duro crítico.
Entró en la mira de la justicia cuando fueron arrestados dos hombres de su círculo y herederos en el ministerio y en la presidencia de PDVSA: Eulogio Del Pino y Nelson Martínez.
La Fiscalía responsabilizó a Ramírez por tramas de corrupción que costaron al país unos 45.000 millones de dólares. Está prófugo en Italia, mientras Del Pino sigue preso y Martínez murió en la cárcel.
El zar de Maduro
Tareck El Aissami asumió el cargo en 2020 bajo la promesa de “limpiar” PDVSA tras los casos de corrupción de la era Ramírez. Era un hombre del círculo más cercano de Maduro, de quien fue vicepresidente.
“Teníamos a los corruptos y traidores al lado” y “ni por mi mente podía pasar que me pudieran traicionar”, dijo el mandatario después de que nuevas investigaciones por corrupción en PDVSA se llevaran por delante a El Aissami el año pasado.
Había sucedido como ministro de Petróleo a un militar, el general Manuel Quevedo, quien tuvo esa responsabilidad entre 2017 y 2020. Quevedo está fuera de las investigaciones del Ministerio Público, al igual que Asdrúbal Chávez, familiar de Hugo Chávez que ocupó el cargo de 2014 a 2016.
Fotos de El Aissami esposado junto a agentes policiales encapuchados fueron el símbolo de su debacle, acusado de desviar ingresos por la venta de crudo a través de criptoactivos, en un fallido mecanismo para eludir sanciones impuestas por Estados Unidos.
El desfalco, según estimaciones, sobrepasó 17.000 millones de dólares.
Freites considera que la falta de controles llevó a que “organizaciones criminales” controlen la industria.
¿Agente de la CIA?
Después del arresto de El Aissami, Tellechea asumió la cartera en marzo de 2023 con la promesa de “sanear” cuentas. Ya era presidente de PDVSA desde enero de ese año.
Ahora, este coronel de 48 años es acusado de filtrar información a la CIA. La fiscalía informó el lunes de su captura y “sus más cercanos colaboradores”, sin dar otros nombres.
Felicitado por Maduro ante un repunte de la producción de crudo hasta unos 900.000 barriles diarios (bd), con licencias estadounidenses a trasnacionales como Chevron o Repsol para operar en el país, Tellechea dejó el cargo en agosto para pasar al ministerio de Industria. La oferta venezolana era, hace 15 años, superior a los 3 millones de bd.
Lo sustituyó la poderosa vicepresidenta Delcy Rodríguez.
“Ya apuntaló PDVSA y tenemos que ir a la recuperación del parque industrial”, dijo Maduro al nombrarlo en su nuevo cargo, en el que se mantuvo hasta tres días antes de su captura. El puesto pasó al empresario colombiano Alex Saab, acusado de “testaferro” del mandatario, y Tellechea argumentó que renunciaba por problemas de salud.
Su arresto ocurre en medio de una recrudecida crisis política tras denuncias de fraude en la reelección de Maduro.