Muere Jim Lovell, comandante del Apolo 13 y protagonista de la frase: “Houston, tenemos un problema”
La muerte de Jim Lovell, comandante del Apolo 13, a los 97 años, recuerda su liderazgo en la misión espacial que inspiró la célebre frase “Houston, tenemos un problema”.
La muerte de Jim Lovell a los 97 años en el estado de Illinois, Estados Unidos, fue confirmada este viernes por la NASA. Lovell, capitán retirado de la Marina y astronauta veterano, será recordado como el comandante de la misión Apolo 13 en 1970, que enfrentó una grave emergencia en el espacio y se convirtió en una historia de supervivencia y trabajo en equipo.
La agencia espacial estadounidense expresó sus condolencias a la familia y destacó el carácter y la valentía inquebrantable del astronauta. “Transformó una posible tragedia en un éxito del que aprendimos muchísimo”, señaló la NASA en un comunicado.
El fallecimiento de Jim Lovell trae a la memoria uno de los episodios más recordados de la exploración espacial. Durante el Apolo 13, una explosión en un tanque de oxígeno obligó a abortar el alunizaje previsto y puso en riesgo la vida de la tripulación. Fue entonces cuando Lovell pronunció la frase: “Ok, Houston, hemos tenido un problema aquí”, que con el tiempo se popularizó como “Houston, tenemos un problema”.
Su liderazgo bajo presión, manteniendo la calma y coordinando soluciones junto al equipo en tierra, fue clave para que la nave regresara con éxito a la Tierra. Esta experiencia quedó plasmada en la película Apolo 13 (1995), protagonizada por Tom Hanks.
Carrera espacial y contribuciones
Antes de esta misión, Lovell ya había participado en vuelos espaciales históricos. Voló en cuatro ocasiones: Gemini 7 (1965), Gemini 12 (1966), Apolo 8 (1968) y Apolo 13 (1970). Fue el primer hombre en viajar al espacio cuatro veces y uno de los tres astronautas que orbitó la Luna antes del alunizaje del Apolo 11.
La muerte de Jim Lovell también invita a repasar su papel como uno de los pioneros en la era dorada de la exploración espacial. Sus contribuciones ayudaron a consolidar el programa Apolo y a demostrar la capacidad de respuesta de la NASA ante crisis en el espacio.
El incidente del Apolo 13 no solo puso a prueba la resistencia física y emocional de la tripulación, sino también la creatividad de los ingenieros de la NASA. Gracias a decisiones rápidas y soluciones improvisadas, Lovell y sus compañeros Fred Haise y Jack Swigert regresaron sanos y salvos.
Esta misión, que comenzó como un intento de alunizaje, terminó siendo un caso de estudio sobre gestión de crisis, trabajo en equipo y resistencia humana.
Tras retirarse de la NASA y de la Marina, Lovell se dedicó a la divulgación y al sector privado, recibiendo numerosos reconocimientos, entre ellos la Medalla Presidencial de la Libertad.
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