El venezolano de 57 años tenía cinco años desempeñándose como cuidador de motos, y antes de su muerte le amputaron uno de sus brazos por una bacteria producto de las heridas
El ataque perpetrado en el pasado 12 de junio, cuando fue detonada una motobomba en pleno centro de Jamundí, cobró una víctima fatal: el venezolano Rafael Ángel González Araujo.
Se trata de una las seis personas que resultaron heridas, tres de gravedad, entre ellos González Araujo quien permaneció 12 días en estado crítico en la clínica Valle del Lili, en Cali.
Como se recordará el 12 de junio, las disidencias de las Farc estalló en pleno centro de Jamundí, Valle del Cauca, una motobomba.
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El venezolano de 57 años tenía cinco años desempeñándose como cuidador de motos en el municipio al sur de Colombia.
El cuadro clínico de la víctima, al ser ingresado a la clínica, era bastante complicado “con fractura expuesta de fémur y múltiples heridas por esquirlas, con trauma toracoabdominal penetrante, quemadura grado II en cara, cuello, tórax, abdomen, vía área, con evisceración. Trasladado a quirófano de forma emergente”, según el informe de Valle del Lili.
La versión de la prensa local reseña que al venezolano le amputaron uno de sus brazos como consecuencia de una bacteria en su cuerpo, generada por las múltiples heridas que le generó la detonación.
El personero de Cali, Gerardo Mendoza, lamentó el deceso de González. “Lamento profundamente lo ocurrido, como personero de Santiago de Cali. Hicimos institucionalmente todo lo que estaba a nuestro alcance, tratando de auxiliar, de socorrer, de brindar un espacio de aliento, de afecto”.
Mendoza asegura que la muerte de don Rafael no deja de enlutar a la región, especialmente, el país, “porque si bien don Rafael era un venezolano que llegó a Colombia en busca de esperanzas, en busca de vivir y encontró la muerte”.