En un análisis de la firma Aristimuño Herrera y Asociados, se señala que tras las elecciones regionales debía producirse una relativa paz política necesaria para generar confianza hacia los agentes económicos. Lo que pasa en Barinas pone en riesgo, otra vez, esa confianza
La administración de Nicolás Maduro se jactó de la transparencia de las elecciones del 21 de noviembre. Pero, la demora en la entrega de resultados en la gobernación de Barinas y las detenciones u hostigamiento de dirigente opositores que ganaron en la contienda, están haciendo mella en ese supuesto triunfo rojo-rojito.
Así lo señala el análisis postelectoral de la firma Aristimuño Herrera y Asociados. En el documento destaca que tras las elecciones regionales se esperaba una relativa tranquilidad política, indispensable para generar confianza, sobre todo hacia afuera y, en especial, para los agentes económicos e inversionistas.
“La situación política posterior al proceso, lastrado por la abstención, es complicada. A una semana de emitidos los votos, hay resultados pendientes; especialmente el de la Gobernación de Barinas. Aparte que se están registrando tensiones en algunos municipios donde organismos de seguridad han hostigado a alcaldes y concejales electos”, destaca la firma.
El informe cita palabras del rector del CNE, Roberto Picón. “Tal comportamiento va en dirección contraria al clima de entendimiento”. Este “debe prevalecer para que, en todas las instituciones, se trabaje mancomunadamente en favor de los ciudadanos”, expresó el funcionario.
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La importancia de aceptar los resultados
El análisis de Aristimuño, publicado por Banca y Negocios, destaca que “los resultados de estas elecciones y su aceptación por los diferentes actores políticos no solo renueva las instituciones regionales. Se supone debe crear un clima de diálogo, porque, ambos bloques políticos salieron con luces y sombras del proceso”.
Añade que “más allá de lo electoral, estos comicios deben contribuir no solo a una mayor distensión interna. También a un nuevo escenario internacional para la administración de Nicolás Maduro. Estos problemas contribuyen poco a lograr un mejor entorno para que Venezuela tenga mejores expectativas”, alerta.
Recuerda que “el país necesita acceso a financiamiento internacional, requiere fuertes inversiones en el sector hidrocarburos. Al mismo tiempo, necesita generar una situación institucional estable y con capacidad de ofrecer certidumbre. Esto para que las inversiones internacionales lleguen en un escenario legal formal, no a través de mecanismos informales y secretos”.
Venezuela tocó fondo
Para la firma, “la economía venezolana tocó fondo. Esto significa que la tendencia a la contracción se haya detenido puntualmente. El país necesita un crecimiento anual de 5% a lo largo de la próxima década para recuperar el Producto Interno perdido en los últimos ocho años”.
“No es con medidas aisladas y cortoplacistas como se puede alcanzar este objetivo”. Hace falta “una planificación estratégica integral de reforma económica que no solo ordene lo macroeconómico. También hay que emprender reformas microeconómicas que incentiven el crecimiento del tejido empresarial”. Todo “en un ambiente competitivo, confiable, estable y con indicadores macro sanos”, agrega.
Logro todo lo anterior “implica un proceso de diálogo y creación de consensos muy complejos”. Por ello “los actores políticos, sin renunciar a sus naturales diferencias ni a sus agendas particulares, deben crear un espacio de convivencia”.
Una parte importante de estos objetivos la tienen las instituciones que cumplen “un rol fundamental en este proceso de reforma”.
En consecuencia, Aristimuño señala que “el CNE es una entidad clave para garantizar la estabilidad política en el país”.
Por lo tanto, “que se ponga en riesgo su credibilidad en un momento como este no hace bien a nadie. Así deben entenderlo los partidos y la administración actual”.
