Miles de migrantes, entre ellos venezolanos, provenientes de Texas, llegan en autobuses a la ciudad de Nueva York, donde se les ha atendido, pero la cantidad masiva ha obligado al alcalde a declarar la emergencia
La llegada de más de 17.000 inmigrantes a Nueva York desde abril ha generado una crisis humanitaria que sobrepasa las capacidades de la ciudad, por lo que el alcalde, Eric Adams, declaró estado de emergencia.
El anuncio fue hecho este viernes por Adams quien explicó que la orden insta a todas las autoridades y agencias a coordinarse para ofrecer una mejor respuesta.
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Esperan 100 mil más
Según las estimaciones, hasta 100.000 personas puedan llegar a la ciudad en los próximos meses, ha explicado Adams ante los medios, según la cadena NBC News.
Durante las últimas semanas se han viralizado en las redes sociales, videos de migrantes venezolanos que cruzaron la selva del Darién, el río Bravo y que ahora están en la gran manzana.
Cabe destacar que según las cifras que maneja la alcaldía de Nueva York hay un promedio de cinco o seis autobuses que llegan cada día desde principios de septiembre.
«Aunque nuestra compasión es ilimitada, nuestros recursos no lo son», dijo Adams, y pidió a los gobiernos federal y estatal que brinden apoyo. «Estamos al borde de un precipicio».
El estado de emergencia facilitará que las agencias de la ciudad coordinen su respuesta más rápidamente.
No se dan abasto con los refugios
Ante la llegada de migrantes cada día, Nueva York ya ha habilitado como refugios 42 hoteles y ha distribuido a 5.500 niños en escuelas públicas, pero reclama más apoyo de las autoridades estatales y federales.
De acuerdo con las estimaciones del Ayuntamiento prevé destinar más de 1.000 millones de dólares a responder al aumento del flujo migratorio, reseña La Vanguardia.
¿De quién es la culpa?
En el caso de Nueva York, las críticas van dirigidas principalmente contra el gobernador de Texas, Greg Abbott, que busca un tercer mandato en las elecciones intermedias de noviembre.
A Abbott le acusan de transportar en autobús a más de 3.000 inmigrantes a Nueva York como parte de un esfuerzo deliberado para llamar la atención sobre los cruces récord en la frontera entre Estados Unidos y México.