Obispos católicos de EE. UU. condenan ofensiva de Trump contra migrantes
“Nos preocupan las amenazas contra la inviolabilidad de los lugares de culto y la naturaleza especial de los hospitales y las escuelas"
La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) emitió un ‘mensaje especial’ sin precedentes en el que condenó la política de deportaciones y la estigmatización de los inmigrantes del Gobierno del presidente Donald Trump, aunque sin mencionar su nombre.
“Nos preocupa profundamente observar entre nuestro pueblo un clima de temor y ansiedad en torno a la discriminación racial y la aplicación de las leyes de inmigración”, dice la declaración, aprobada casi por unanimidad en la conferencia anual de obispos realizada esta semana en Baltimore (Maryland).
Los obispos aprobaron la moción con más del 95% de los obispos estadounidenses que votaron: obtuvo 216 votos a favor, solo cinco en contra y únicamente tres abstenciones.
“Oramos por el fin del discurso deshumanizante y la violencia, ya sea contra los inmigrantes o contra las fuerzas del orden”, añade. “Oramos para que el Señor guíe a los líderes de nuestra nación y agradecemos las oportunidades pasadas y presentes de dialogar con funcionarios públicos y electos”.
Los obispos afirmaron que están “unidos a su pueblo por lazos de comunión y compasión en Nuestro Señor Jesucristo” y que les “entristece el estado del debate contemporáneo y la difamación de los inmigrantes”.
“Nos preocupan las condiciones en los centros de detención y la falta de acceso a la atención pastoral”, precisaron.
“Lamentamos que algunos inmigrantes en Estados Unidos hayan perdido arbitrariamente su estatus legal”, continuaron. “Nos preocupan las amenazas contra la inviolabilidad de los lugares de culto y la naturaleza especial de los hospitales y las escuelas. Nos entristece ver a padres que temen ser detenidos al llevar a sus hijos a la escuela y consolar a familiares que ya han sido separados de sus seres queridos”.
El mensaje reconoce la contribución de los inmigrantes y afirma que los obispos se sienten obligados a “alzar la voz en defensa de la dignidad humana que Dios les ha otorgado”. Instaron a una reforma migratoria y declararon que “la dignidad humana y la seguridad nacional no están reñidas”.
La declaración también reconoce que los gobiernos tienen la “responsabilidad de regular sus fronteras y establecer un sistema de inmigración justo y ordenado en aras del bien común”. Además, hace un llamado a establecer “vías seguras y legales” para la inmigración.
Las Escrituras exigen compasión por “los más vulnerables”, incluyendo “al extranjero”, señala el comunicado. La preocupación de la Iglesia por los migrantes “es una respuesta al mandato del Señor de amar como él nos ha amado”, añade.
El texto original del mensaje presentado no incluía la frase que expresaba claramente la oposición de los obispos a las deportaciones masivas, la cual se añadió en una enmienda de última hora.
El Cardenal Blase Cupich, Arzobispo de Chicago, presentó la enmienda. Afirmó que el mensaje debe ser claro al decirles a los migrantes “estamos con ustedes”, oponiéndose expresamente a “la deportación indiscriminada de personas que se está llevando a cabo”.
Ningún obispo se pronunció en contra de la enmienda de Cupich.
La última vez que los obispos aprobaron un mensaje pastoral especial fue en 2013, en oposición a una ley federal sobre anticoncepción. Según un comunicado de la USCCB, estos mensajes tienen como objetivo mostrar “el consenso del cuerpo” de obispos católicos estadounidenses.
El debate sobre las deportaciones y el control de la inmigración fue un tema principal durante toda la sesión plenaria.
Iniciativa
El día anterior, el obispo Mark Seitz, presidente del Comité de Migración de la USCCB, anunció una iniciativa nacional para brindar acompañamiento a los migrantes que corren el riesgo de ser deportados, inspirada en esfuerzos similares que ya se están llevando a cabo en diócesis de todo el país.
La iniciativa se centrará en cuatro áreas: apoyo de emergencia y a las familias, acompañamiento y atención pastoral, comunicación de la doctrina de la Iglesia y solidaridad a través de la oración y el testimonio público.
En su discurso a sus hermanos obispos, Seitz criticó directamente a la administración del presidente Donald Trump por llevar a cabo la “promesa de campaña de deportaciones masivas”.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS) anunció a finales de octubre que la administración ha llevado a cabo más de 527.000 deportaciones este año y que otros 1,6 millones de personas se han autodeportado.
“Esto es solo el comienzo”, dijo la subsecretaria Tricia McLaughlin en un comunicado del 27 de octubre.
El Papa León XIV ha animado a los obispos estadounidenses a unificar su voz en defensa de la dignidad de los migrantes. El mes pasado se reunió con Seitz y otros obispos y defensores de los migrantes para dialogar sobre la difícil situación de los inmigrantes en Estados Unidos.
Según Dylan Corbett, director ejecutivo fundador del Hope Border Institute, y uno de los presentes, el Papa León dijo al grupo: “La Iglesia no puede permanecer en silencio ante la injusticia. Ustedes están conmigo y yo estoy con ustedes”.
León XIV dijo la semana pasada que “es necesario hacer una profunda reflexión sobre lo que está sucediendo” con los migrantes detenidos, después de que se les negara la comunión en un centro de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Illinois.
Con información de Vatican News

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