Planes de Trump sobre Venezuela ¿se cocinan a fuego lento? (+Análisis)
Maduro ha sido acusado de graves violaciones a los derechos humanos, incluidas torturas y desapariciones forzadas
Los planes del presidente Donald Trump para Venezuela han sido un misterio que se cocina a fuego lento. Pero el mandatario del país, Nicolás Maduro, está sintiendo el calor.
El ejército estadounidense ha desplegado buques de guerra, aviones de vigilancia y un submarino de ataque en el Caribe. Ha atacado barcos procedentes de Venezuela de los que ha dicho, sin aportar pruebas, que traficaban con drogas, matando a 17 personas
El gobierno de EE. UU. califica a Maduro de líder de un cártel y de “fugitivo de la justicia estadounidense”. Algunos funcionarios y exfuncionarios estadounidenses afirman que el objetivo tácito es obligarlo a abandonar el poder.
En otras palabras, un cambio de régimen.
Suena como el tipo de conflicto exterior contra el que Trump hizo campaña en su día.
El destino de Maduro
La cuestión que podría determinar el destino de Maduro depende de si el gobierno de Trump considera un intento de cambio de régimen en Venezuela como el tipo de “guerra exterior” que el presidente ha prometido evitar, o como una operación para proteger los intereses de Estados Unidos en lo que considera su propio patio trasero.
Hay muchos venezolanos que se alegrarían de ver que Maduro se marche. El presidente ha sido acusado de graves violaciones a los derechos humanos, incluidas torturas y desapariciones forzadas.
Perdió las elecciones de 2024, según observadores electorales independientes, y se aferró al poder de todos modos. En las últimas semanas, una de las líderes de la oposición venezolana, María Corina Machado, ha dicho que acogería con satisfacción la ayuda del ejército estadounidense para destituirlo.
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¿Qué sienten en Venezuela?
En una parte del mundo donde Estados Unidos tiene un largo historial de intervención militar y apoyo a las dictaduras, existe un rechazo visceral a la idea de un cambio impuesto por Estados Unidos.
Los diplomáticos y empresarios locales advierten de que la acción militar podría desatar el derramamiento de sangre y el caos. Si el gobierno se derrumbara, los actores armados de la región —incluidos los militares, los grupos guerrilleros colombianos y las bandas paramilitares— podrían unirse en una batalla por el botín. Y en Venezuela, con su petróleo, oro y otros minerales, hay muchos botines, señala Julie.
“Si matas a Maduro”, le dijo un empresario, “convertirás a Venezuela en Haití”.
Tras las prolongadas guerras de Irak y Afganistán, la combinación de las palabras Estados Unidos y cambio de régimen hace saltar las alarmas, tanto dentro como fuera de Estados Unidos. El gobierno de Venezuela podría estar intentando aprovecharse de ello. El vicepresidente del país dijo a Julie que el pueblo estadounidense “no quiere guerra en el Caribe”.
¿Esfera de influencia?
Como candidato presidencial, Trump prometió no implicar a Estados Unidos en guerras extranjeras.
Pero también hizo campaña a favor de la deportación de migrantes indocumentados a Latinoamérica y la lucha contra el contrabando de drogas. Y se hizo de apoyo entre los votantes hispanos, quienes se oponen firmemente a gobiernos socialistas como los de Venezuela y su aliado, Cuba.
El secretario de Estado, Marco Rubio, ha estado presionando para que se produzca un cambio de régimen en Venezuela. “No vamos a permitir que un cártel, que opera o se hace pasar por un gobierno, opere en nuestro propio hemisferio”, dijo a Fox News.
Este enfoque en el “propio hemisferio” de Estados Unidos sugiere que los funcionarios del gobierno piensan en Venezuela de forma diferente a la que piensan, por ejemplo, en Ucrania o Irak, me dijo Julie. Puede que lo vean como un país que desempeña un papel directo en los asuntos que más les preocupan, en un lugar cercano a casa: un país en la esfera de influencia de Estados Unidos.
El despliegue militar frente a las costas de Venezuela, aunque llamativo, es solo un ejemplo del enfoque intervencionista del gobierno de Trump en América Latina. Ha amenazado con apoderarse del Canal de Panamá y bombardear laboratorios de drogas mexicanos. Se ha lanzado a la política nacional brasileña en nombre del expresidente Jair Bolsonaro. La semana pasada, ofreció un préstamo de 20.000 millones de dólares para apuntalar el destino político del presidente argentino Javier Milei.
Parte de esto parece obedecer a afinidades ideológicas: Trump ve a Bolsonaro y a Milei como aliados, y a Maduro como enemigo. Pero un enfoque agresivo en los países vecinos de Estados Unidos podría convertirse pronto en doctrina oficial estadounidense. Al parecer, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, se dispone a publicar una nueva estrategia de defensa nacional. En ella se da prioridad a “proteger la patria y el hemisferio occidental”.
Con información de NYT
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