Primer aniversario sin la Gorda Fabiola: recuerdos y mensajes que la mantienen viva en el recuerdo de los colombianos
Homenaje a la Gorda Fabiola en su primer aniversario: Patricia Silva y Polilla comparten recuerdos, últimos días, “apariciones” y legado en el humor colombiano.
El homenaje a la Gorda Fabiola llega un año después de su partida y aún pesa en el elenco que la consideró su “mamá” artística. En conversación para el pódcast Voz de Fondo, la humorista Patricia Silva reconstruye los últimos meses de su amiga: giras en Europa, presentaciones hechas por amor aun con salud frágil, y un adiós que muchos interpretan como una despedida premonitoria. La casa-estudio, los escenarios y los pasillos de televisión siguen guardando su risa y el eco de su carisma.
En este aniversario, colegas y público coinciden en algo: más allá de la fama, la Gorda fue un buen ser humano que marcó vidas con afecto, disciplina y una vocación inagotable por el humor.
La despedida que nadie quiso aceptar
Silva relata que, tras grabar LOL Colombia en México y volver de la gira europea, la comediante se veía débil. Aun así, cumplió su último show por solidaridad con un colega: se presentó sentada, sin maquillaje, y salió en hombros de amigos que la cuidaban. Días después, pidió ver a Patricia. Hubo abrazos y llanto. Según su amiga, fue una despedida consciente.
El 18 de septiembre, fecha de cumpleaños, la internaron. Al día siguiente llegó la noticia que paralizó a compañeros y audiencia: había muerto la Gorda Fabiola. El canal donde trabajó vistió de luto un set con flores y su fotografía; técnicos, directivos y personal de apoyo lloraron a la mujer que trataba a todos con la misma dulzura.
Patricia Silva cuenta una escena íntima: durante el cumpleaños de una compañera, Polilla recordó entre lágrimas a su esposa. Para romper el silencio, encendieron el televisor y apareció la Gorda en pantalla en una película del canal. “Vino a acompañarnos”, dijeron. Para quienes estaban allí, fue una señal de presencia.
No fue el único episodio. Polilla, María Auxilio y otros colegas aseguran que la han soñado con frecuencia: alegre, dicharachera, “costeña y desparpajada”, como siempre. Entre recuerdos, sienten que ella sigue haciendo rondas por los escenarios de su gente.
Salud frágil, carácter gigante
En Europa, la Gorda tenía el ánimo arriba en el escenario, pero se desmoronaba al bajar. Su amiga la animaba a comer proteína y a descansar. Se había golpeado una pierna, sufría debilidad y, aun así, mantenía el temple para presentarse cuando un compañero lo necesitaba. Esa mezcla de entrega profesional y ternura explica por qué el homenaje a la Gorda Fabiola se repite en teatros, sets y hogares.
Las redes especularon sobre la vida de pareja. Patricia responde con lo que presenció en décadas de giras y grabaciones: respeto, equipo y fidelidad pública. Recuerda una anécdota en Cali: “Polilla les sacó el cuerpo a las fanáticas; yo lo vi sin que él supiera”. Sobre los chistes de Polilla, aclara que la Gorda los celebraba: ambos construyeron su show riéndose de sí mismos, y hoy ese libreto funciona como homenaje.
Quienes la trataron de cerca recuerdan la espiritualidad de la Gorda Fabiola. Tras superar un coma años atrás, hablaba de segundas oportunidades, del cielo y del deber de corregirse en vida. Soñaba con “tener su parcela en el cielo”. Hoy, sus amigos repiten esa imagen como consuelo: la comediante que adornó tantos sábados habría encontrado el descanso con el mismo brillo con que iluminó los escenarios.
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