Mayra es el ejemplo de las niñas que en su pueblito sueñan con ser famosas y no temen trabajar duro para lograrlo
Desde pequeña Mayra Africano veía a las actrices de televisión y de cine y fantaseaba con ser como una de ellas.
Mayra Edith creció con la idea de convertirse en artista y comenzó, siendo adolescente, a estudiar teatro. El Grupo Theja, con profesores como José Simón Escalona o Javier Vidal, fue el centro de su formación como actriz.
Pero no solo aprendió a actuar, sino que también estudió danza y canto por las oportunidades que pudieran presentársele.
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Fue así como a principios de la década de los 90 logró su sueño de debutar en televisión. Y lo hizo por la puerta grande, en La traidora, una producción de la naciente empresa Marte TV.
A partir de ahí pasó a formar parte del staff fijo de esa compañía que prometió, y cumplió mientras duró, con revolucionar el género dramático. Al cerrar sus puertas, Mayra probó suerte en el cine con Rosa de Francia y fue en Venevisión donde volvió a la pantalla chica con A todo corazón.
Al año siguiente se fue a Rctv y así, entre los dos canales, continuó con su carrera televisiva mientras el cine y el teatro también ocupaban puestos en su vida artística.
La película Muerte suspendida, donde el policía Oscar Pérez hizo su debut como actor, fue el último largometraje que hizo en el país. Y Amor Secreto, al año siguiente, el último dramón, en Venevisión.
Al poco tiempo decidió emigrar a Miami junto a su esposo; lugar donde reside actualmente. Ahí se certificó como esteticista y asistente médico, profesiones a las que se dedica mientras espera, en algún momento, volver a actuar.