A Rafael Monsalve le asustaban los payasos, pero supo que siendo uno, distinto, podía llegar lejos
Durante décadas el público infantil venezolano no estuvo tan desasistido en la televisión como ahora. Era común conseguir en los diferentes canales espacios, muchos de ellos en vivo, con contenido local para ellos. Y el programa de Rafael Monsalve y su alter ego Juan Corazón, uno de ellos.
En 1984, el compositor y productor musical Víctor Daniel le propuso un proyecto dirigido al público infantil, para competir con Las payasitas Ni fu Ni fa. El de Monsalve consiguió llamar la atención desde su propia campaña de intriga.
El actor y cantante le dijo a su productor que no quería vestirse con ropa vaporosa, peluca colorida y cara pintada. Esos elementos eran, precisamente, los que lo asustaban a él cuando veía un payaso. Los traumas de sus tiempos de niño no quería repetirlo en algunos chiquillos que se asustaran al verlo.
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Pocos meses después, el personaje de Juan Corazón con su “tatuaje” distintivo en el ojo izquierdo debutó en el programa El show de Fantástico, de Guillermo González; en Radio Caracas Televisión. Tengo un amigo fue el primer y más conocido tema del joven.
Uno de sus ganchos fue que se vestía y peinaba más como una “persona normal” -según la prensa de la época- que como los tradicionales clowns a los que se estaba acostumbrados a ver.
El éxito fue tal que el programa estuvo casi una década al aire. Rafael Monsalve también grabó discos, hizo espectáculos infantiles y hasta montó El circo de Juan Corazón. Después pasó a Venevisión y estuvo en el Circo de las Cómplices.
La fama del proyecto alcanzó mercados internacionales. Rafael Monsalve viajó a las islas del Caribe, a Panamá y hasta llegó con una oferta laboral a Puerto Rico. Sin embargo, el programa que le dieron en Telemundo naufragó a los dos meses de haber comenzado. Fallas de producción y bajo rating hicieron que lo cancelaran.
Ya de regreso a su país, se integró al programa Atrévete a sonar, que también en Rctv, animaba Nelson Bustamante.
Ya fuera de la televisión desde hace casi dos décadas, Rafael Monsalve se dedicó al doblaje y al teatro. No solo infantil, su público originario, sino también a hacer obras para adultos.