Hombres armados con vestimenta militar, dicen resguardar algunas zonas de Bogotá, contratados por comerciantes y personas influyentes
Una de las figuras que pusieron en jaque a Colombia y que fue un apartado de los años de violencia en la nación cafetalera, fue las autodefensas.
Ese fantasma ha renacido de manera solapada, cuando en barrios y zonas de ciudades como Bogotá, han surgido grupos paramilitares, contratados por negocios y personas influyentes, quienes ante una respuesta nada satisfactoria de las autoridades, han buscado su propia seguridad.
La agencia de noticias pudo contactar a parte de estos grupos, quienes prefirieron no identificarse públicamente, pero si decir que han sido contratados para luchar contra las acciones de vandalismo, secuestro y extorsión que han resurgido de manera trepidante en los últimos meses.
El propio alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ha declarado públicamente que la situación de inseguridad en la capital de Colombia es considerable, sobre todo ante la arremetida de la organización criminal internacional, el Tren de Aragua.
Sin embargo, este grupo de hombres armados, con vestimenta militar que se pueden apreciar en las esquinas de barrios como 7 de Agosto en la capital colombiana, dicen ser militares retirados, que han sido contratados para el resguardo de comercios y personas.
“Estamos nosotros montando seguridad, aquí hay gente armada, pero con la ley (…) No somos ilegales, somos militares pensionados y el comercio nos está pagando”, dice uno de ellos a AFP, agregando además, que trabajan en conjunto con el GAULA de la Policía Nacional.
Pero la Policía Nacional fue consultada al respecto. Dicen que no hay comandos civiles que trabajen de manera directa e indirecta con ellos.
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“Los civiles no tienen ningún tipo de responsabilidad” en la lucha contra la extorsión, aseguró el coronel Cristian Caballero, comandante del Gaula Militar en Bogotá. Sus hombres “siempre” operan “plenamente identificados”, agregó. En esa misma línea respondió el coronel Carlos Tellez, jefe del Gaula de la Policía.
Durante el conflicto armado que dejó más de nueve millones de víctimas en seis décadas, en varias regiones de Colombia se crearon asociaciones de autodefensas para combatir las guerrillas.
Esos grupos se convirtieron en sangrientos escuadrones de ultraderecha que cometieron 1.166 masacres entre 1980 y 2012, a veces aliados con policías y militares, según el estatal Centro Nacional de Memoria Histórica. La mayoría se desmovilizaron en 2006.
Con información de AFP