El síndrome de la nariz blanca (WNS, siglas en inglés), causado por un hongo invasor, empezó a extenderse por Estados Unidos en 2006, matando a los murciélagos al hacerlos despertar de su hibernación durante el invierno
El síndrome de la nariz blanca, WNS por sus siglas en inglés, llegó a Estados Unidos a comienzos de 2006 escapando a todos los controles.
El hongo que lo provoca, Pseudogymnoascus destructans, viajó según creen los investigadores en una mochila o los zapatos de un pasajero europeo
Para los seres humanos, es inofensivo, pero es letal para múltiples especies de murciélagos. Se manifiesta en forma de copos blanquecinos alrededor del morro del animal, lo que da nombre a la enfermedad.
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Las consecuencias
La caída de la población de murciélagos en Norteamérica provocó un aumento del uso de pesticidas por parte de los agricultores como método alternativo para proteger sus cultivos de los insectos, lo que a su vez desencadenó un aumento de la mortalidad infantil humana, reveló un estudio publicado en la revista Science.
El artículo científico aporta pruebas que respaldan las predicciones de que el declive de la biodiversidad mundial tendrá graves consecuencias para los seres humanos.
“Los ecologistas nos han estado advirtiendo que estamos perdiendo especies a diestra y siniestra… y eso tendrá potencialmente impactos catastróficos en la humanidad”, dijo a la AFP el autor del estudio, Eyal Frank, de la Universidad de Chicago.
“Sin embargo, esas predicciones no se han validado empíricamente porque es muy difícil llegar y maniobrar un ecosistema a una escala espacial muy grande”, añadió el economista medioambiental.
Caída de la población de murciélagos
Para su trabajo, Frank aprovechó un “experimento natural” –la aparición repentina de una enfermedad mortal de los murciélagos– para cuantificar los beneficios que estos devoradores de insectos aportan al control de plagas.
El síndrome de la nariz blanca (WNS, siglas en inglés), causado por un hongo invasor, empezó a extenderse por Estados Unidos en 2006, matando a los murciélagos al hacerlos despertar de su hibernación durante el invierno, cuando carecen de alimento y pierden energía al intentar mantenerse calientes.
Los hallazgos revelan un aumento del 8% en la mortalidad infantil debido a la contaminación por pesticidas.Los hallazgos revelan un aumento del 8% en la mortalidad infantil debido a la contaminación por pesticidas.
Frank rastreó la propagación del WNS en el este del país y encontró un aumento del 31 % en el uso de pesticidas en los lugares donde la población de esos animales había disminuido.
Dada la relación entre esos compuestos químicos y las malas condiciones sanitarias, Frank examinó una correlación con la mortalidad infantil.
Con más plaguicidas, esa tasa de decesos de menores aumentó casi un 8 %, lo que se traduce en 1.334 muertes adicionales desde que se propagó la enfermedad de los murciélagos.
Es probable que el agua y el aire contaminados sirvieran de vía de entrada de las sustancias químicas en los seres humanos.
Repunte de la mortalidad infantil
El investigador insistió en que los hallazgos respaldan su teoría de que la mortandad de murciélagos incidió directamente en el repunte de la mortalidad infantil, en lugar de ser una mera coincidencia.
“Necesitamos mejores datos sobre la presencia de pesticidas en el medioambiente”, afirmó Frank, quien añadió que sus hallazgos también muestran la necesidad de proteger a los murciélagos.
Se están desarrollando vacunas contra el WNS, pero estos animales también están amenazados por la pérdida de hábitat, el cambio climático y los parques eólicos.
La investigación se suma al conjunto de pruebas que demuestran las repercusiones de la pérdida de fauna salvaje en los ecosistemas.
Según otro estudio reciente, en Centroamérica, la disminución de anfibios y serpientes ha provocado un aumento de los casos de malaria en humanos.
FEW (AFP, Science)