<p>&nbsp;En Venezuela, el fútbol dejó de ser deporte para convertirse en una extensión del poder político.&nbsp;</p><p>Lo que debería resolverse en la cancha hoy se decide en oficinas militares, en comunicaciones vacías y en silencios cómplices.</p><p>&nbsp;El caso Granko es la prueba perfecta: una tarjeta roja que terminó en carros incendiados, un hijo del poder premiado por méritos inexistentes y una Federación que actúa más como blindaje del régimen que como árbitro institucional.&nbsp;</p><p>Esto es Venezuela en profundidad</p><figure class="media"><div data-oembed-url="https://www.youtube.com/watch?v=p-t51tq1jEE"><div style="position: relative; padding-bottom: 100%; height: 0; padding-bottom: 56.2493%;"><iframe src="https://www.youtube.com/embed/p-t51tq1jEE" style="position: absolute; width: 100%; height: 100%; top: 0; left: 0;" frameborder="0" allow="autoplay; encrypted-media" allowfullscreen=""></iframe></div></div></figure><p>Lea también:<a href="https://impactove.com/trump-no-juega-ee-uu-amenaza-con-mas-confiscaciones-y-promete-sofocar-al-chavismo-video"><strong>¡TRUMP NO JUEGA!: EE. UU. amenaza con más confiscaciones y promete sofocar al chavismo- VIDEO</strong></a></p><p>&nbsp;</p>

TARJETA ROJA: El hijo de un torturador terminó quemando el fútbol venezolano