jueves, diciembre 5, 2024

TODO LO QUE DEBES SABER sobre una DANA y de dónde surgió ese término

Antiguamente, se conocía como “gota fría”, pero en la actualidad el término ha evolucionado hasta convertirse en una “Depresión Aislada en Niveles Altos

¿Qué significa DANA? A estas alturas será fácil, viendo lo que está ocurriendo en España: “Depresión Aislada en Niveles Altos”.

Lo que no sabes es cual es el origen de este acrónimo. Las lluvias torrenciales y fenómenos atmosféricos intensos son una característica común en España, especialmente en el área mediterránea, donde cada año se experimentan episodios de inundaciones y daños a gran escala.

Estos eventos, que en su momento se asociaban con el concepto de “gota fría”, hoy se describen de manera más precisa bajo el término “Depresión Aislada en Niveles Altos” (DANA).

Pero, ¿cómo y por qué surgió este cambio de terminología?

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Desde la “gota fría”

El término “gota fría” ha quedado profundamente arraigado en la cultura popular española, evocando imágenes de lluvias devastadoras y catástrofes naturales.

Sin embargo, esta expresión, aunque útil en su momento, era científicamente inexacta y limitante. Con el desarrollo de una meteorología más avanzada, surgió la necesidad de una terminología más rigurosa y descriptiva, que permitiera no solo comprender mejor el fenómeno, sino también anticiparlo con mayor precisión. Así nació el concepto de DANA.


Origen y uso coloquial


Durante décadas, “gota fría” fue el término coloquial más común para describir episodios de lluvias intensas y persistentes en España, especialmente en otoño y en zonas como el litoral mediterráneo.

Esta expresión surgió a mediados del siglo XX, en una época donde los conocimientos y herramientas de meteorología eran limitados en comparación con los de hoy.

La comunidad científica y el público en general adoptaron este término porque ofrecía una explicación sencilla para fenómenos que, aunque conocidos, eran aún poco comprendidos. La idea de “gota fría” hacía referencia a una masa de aire frío en los niveles altos de la atmósfera, que al encontrarse con el aire cálido y húmedo en la superficie, desencadenaba precipitaciones intensas.

Sin embargo, la expresión “gota fría” carecía de una base científica sólida y era, en muchos sentidos, un “comodín” que servía para explicar cualquier evento de fuertes precipitaciones en la región.

Este término popular contribuía a la confusión y al alarmismo, ya que no diferenciaba entre distintos fenómenos meteorológicos, tratando de igual manera episodios que podían tener causas diversas.

El concepto de “gota fría” apareció por primera vez en 1886 en la escuela de meteorología alemana, que introdujo el término Kaltlufttropfen o “gota de aire frío”. Esta expresión se utilizaba para describir una marcada depresión en los niveles altos de la atmósfera, sin reflejo en superficie, donde se concentraba aire frío en el centro de la depresión.

Esta primera definición ayudó a dar un marco conceptual, aunque bastante limitado, para estos fenómenos atmosféricos, que se observaban en diversas regiones de Europa.


La evolución científica y la adopción del término DANA


Con el avance en la ciencia meteorológica, se hizo evidente que el término “gota fría” era insuficiente y, en muchos casos, incorrecto. La meteorología moderna exige precisión para poder analizar y comunicar fenómenos complejos, y por ello surgió el concepto de “Depresión Aislada en Niveles Altos” o DANA.

Este término permite una descripción técnica y específica del fenómeno: una masa de aire frío en niveles altos de la atmósfera que se separa de la corriente en chorro, formando una baja presión en altura y moviéndose de forma autónoma.

A mediados del siglo XX, el término “gota fría” comenzó a ser insuficiente para describir con precisión el fenómeno, especialmente con el surgimiento de nuevas tecnologías como los satélites, los sondeos atmosféricos y los modelos numéricos.

Fue entonces cuando se introdujo el término cut-off low o depresión aislada, que en meteorología anglosajona describía una depresión cerrada en altura, aislada y separada de la circulación atmosférica general. Este sistema podía desplazarse de forma independiente del flujo del chorro, permaneciendo estacionario o incluso desplazándose de este a oeste.

Francisco M. León, en su trabajo en el Instituto Nacional de Meteorología en 2003, destaca que esta definición de cut-off low incorpora elementos esenciales: el aislamiento, la separación y el movimiento singular e independiente de la circulación del chorro de la cual se originó. Estos conceptos ayudaron a mejorar la precisión en el estudio de estas depresiones, pero no eliminaban del todo las ambigüedades.

La AEMET explica que una DANA se distingue de la “gota fría” no solo porque se define de manera más rigurosa, sino porque describe con exactitud los factores y procesos atmosféricos involucrados.

Una DANA no es simplemente una masa de aire frío en altura; es una depresión cerrada y aislada que, al interactuar con masas de aire cálido y húmedo en la superficie, puede desencadenar fuertes lluvias y tormentas eléctricas.

Esta diferenciación es fundamental, ya que permite a los meteorólogos anticipar de manera más precisa la ubicación, intensidad y duración de estos episodios de lluvias.


La importancia de una terminología precisa


El paso de “gota fría” a DANA no es solo un cambio de nombre, sino una evolución en la comprensión del fenómeno. La precisión en los términos meteorológicos permite a los científicos comunicar mejor las causas y consecuencias de fenómenos que pueden tener un impacto devastador. Gracias a esta terminología, la DANA se describe como una depresión en niveles altos que se encuentra aislada de la circulación atmosférica general, lo que ayuda a entender sus efectos de manera más completa.

Además, al distinguir la DANA de otros sistemas de bajas presiones, los expertos pueden explicar por qué algunos episodios de lluvia son más destructivos que otros.

La terminología adecuada facilita la comprensión pública y la adopción de medidas preventivas por parte de las autoridades, ya que los ciudadanos pueden estar mejor informados y preparados ante una alerta por DANA en lugar de una simple “gota fría”.


Casos recientes y cobertura en los medios


Los fenómenos de DANA han cobrado gran relevancia en los medios españoles en las últimas décadas, ya que las lluvias torrenciales y las inundaciones han causado numerosos daños materiales y pérdidas humanas. Sin embargo, a pesar del avance en la terminología, algunos medios aún recurren a la expresión “gota fría” debido a su familiaridad con el público. Este uso dual puede dar lugar a confusión, ya que el público tiende a asociar ambos términos con fenómenos similares, aunque técnicamente no lo sean.

Un caso reciente ocurrió en 2019, cuando varias regiones del sureste de España sufrieron lluvias torrenciales que afectaron infraestructuras y viviendas.

En este evento, los medios utilizaron mayormente el término DANA para explicar el fenómeno, lo que permitió una comunicación más clara y precisa. Estos ejemplos demuestran cómo una terminología bien definida puede contribuir a una mejor gestión de la información y de los riesgos asociados con eventos meteorológicos extremos.

Cómo se ha dicho, en otros países sigue usándose la terminología antigua: España experimenta las peores “gotas frías” del siglo: el infame fenómeno meteorológico golpea.

Dana en la mitología


Dana es una palabra que ya existía antes de que se usara el acrónimo en meteorología. En la mitología celta, Dana o Danu es una de las deidades más antiguas y veneradas, considerada la diosa madre de los Tuatha Dé Danann, un grupo mítico de dioses y héroes irlandeses. Se le atribuye el dominio sobre la tierra, el agua y la prosperidad, siendo vista como la fuente de vida y de abundancia.

Su nombre se asocia con la fertilidad y la naturaleza, representando las fuerzas primordiales que alimentan y sostienen el mundo.

Además, Dana está relacionada con los elementos de la luz y el día, y es considerada protectora de su pueblo y de sus descendientes. Su influencia es tal que los ríos Don y Danubio deben su nombre a esta deidad, en reconocimiento de su poder sobre las aguas y la tierra. Aunque su culto no se mantuvo en épocas posteriores, su figura sigue siendo una representación simbólica de la abundancia y el poder de la naturaleza en la tradición celta.

Cómo se escribe DANA


Según la Fundación del Español Urgente (Fundéu), el término DANA, acrónimo de Depresión Aislada en Niveles Altos, se recomienda escribirlo en mayúsculas cuando se usa como sigla. No obstante, también es válida la escritura en minúscula (dana) cuando se emplea como nombre común para referirse al fenómeno meteorológico de manera genérica, especialmente en textos más divulgativos o informales.

Por otro lado, Fundéu señala que es adecuado seguir utilizando la expresión “gota fría” en contextos donde este término resulte más comprensible para el público, aunque se insiste en que “DANA” es el término más preciso desde el punto de vista técnico y meteorológico.

En cuanto al plural, Fundéu recomienda que se mantenga la palabra invariable, por lo que la forma correcta es “las DANA” para referirse a varios episodios de este fenómeno. Así, en lugar de decir “las danas,” se debe optar por “las DANA,” respetando su origen como sigla y siguiendo las normas de pluralización para acrónimos en español.

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